El ex presidente de Uruguay Julio María Sanguinetti destacó el miércoles el caracter institucional de la destitución de Dilma Rousseff y remarcó el buen rumbo que sigue la región durante el programa Confesiones en la noche emitido por Radio Mitre.
"Es una grosería intelectual y una inmoralidad hablar de un golpe de Estado cuando es un trámite constitucional de nueve meses con todas las instancias cumplidas", consideró en diálogo con la periodista Cristina Pérez.
Sanguinetti recordó el otro proceso de impeachment en la historia de Brasil, que culminó con la renuncia del presidente Fernando Collor de Mello en 1992. "Como era de derecha no se dijo nada, y como este es populista, más o menos de izquierda, hay todo un escándalo", dijo el referente del Partido Colorado.
Para el mandatario uruguayo entre 1985 y 1990, y una vez más entre 1995 y 2000, el gran telón de fondo de la destitución de Dilma es la "corrupción sistémica" del Partido de los Trabajadores (PT). "Es lo que le da un valor moral al pronunciamieno en contra de la presidente", señaló.
De esta forma, Sanguinetti recordó el escándalo de corrupción en la empresa petrolera estatal Petrobras y dijo que Rousseff no puede considerarse inocente, ya que formaba parte del mismo gobierno.
"Como gobierno no tenemos por qué estar opinando. Uruguay no debe hacer nada más allá de simpatías políticas. Acá no ha habido una ruptura institucional", explicó en referencia al rechazo de algunos mandatarios de la región a la destitución de la presidente de Brasil.
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"Los gobiernos de Venezuela y Bolivia lo hacen en nombre de una camaradería política y desde una posición no institucional", consideró Sanguinetti.
Aún así, el abogado y periodista uruguayo consideró que la democracia está avanzando en la región y que hoy "el mapa es otro", aunque Venezuela "es un desastre que va cada vez a un abismo mayor. Uno espera que el cambio sea sin sangre".
Finalmente, consultado la actualidad de la Argentina, Sanguinetti consideró "está en un buen rumbo tanto en lo democrático como en lo económico. Pero me parece que se equivocaron en hablar de un segundo semestre muy optimista cuando eso no lo mostraba la realidad".