El Senado brasileño decidió que la mandataria Dilma Rousseff sea apartada de su cargo: 61 legisladores votaron a favor de su destitución y 20 lo hicieron en contra. Se necesitaban 54 votos para que sea apartada.
La votación estaba prevista para las 11:00, sin embargo se retrasó más de dos horas porque hubo intervenciones más largas de lo previsto.
Los senadores respondieron la pregunta: "¿La acusada cometió crímenes de responsabilidad y debe ser condenada con la pérdida del cargo?" Con un "Sí" y un "No" debieron emitir su voto, que apareció inmediatamente en el panel de control del Senado.
La defensa de la jefa de Estado pidió que la votación sea dividida en dos partes: solicitó que los senadores voten por separado la pérdida del mandato y el impedimento para ejercer cargos públicos. Tras un largo debate, finalmente el Tribunal concedió ese reclamo y se votó por separado.
Se espera que, tras conocerse el resultado, Rousseff hable con la prensa, aunque no responderá preguntas.
El Senado brasileño escuchó el martes por última vez los argumentos de la defensa y la acusación en el juicio político contra la presidente Dilma Rousseff antes de dictar la sentencia definitiva.
En sus últimas intervenciones, la parte acusadora y la defensa no aportaron nada nuevo, reiteraron alegatos esgrimidos a lo largo del proceso y tampoco parecieron convencer a unos senadores que, en su mayoría, decían ya tener una opinión formada.
El poder quedará a cargo de Michel Temer, vicepresidente de Rousseff, quien desde el 12 de mayo comandaba el Ejecutivo de forma interina.