La presidente suspendida de Brasil, Dilma Rousseff, atraviesa su peor momento político. Mientras el Senado decide si la va a destituir o no, los principales periódicos del país publicaron distintas encuestas y todas la ponen con un pie y medio definitivamente fuera del Gobierno.
El diario Folha de San Pablo asegura que al menos 52 senadores votarán a favor del impeachment, 18 lo harán en contra y hay 11 indecisos. Para que Rousseff sea apartada de su cargo de modo permanente se debe alcanzar el mínimo de 54 votos.
En tanto, O Globo afirma que 53 legisladores le darán la espalda a la jefa de Estado, 18 la apoyarán y 10 están indecisos. Para este periódico, sólo resta un voto para que Rousseff sea despojada del mandato.
Por último, Estadao también sostiene que 53 senadores votarán a favor de la destitución y 19 lo harán en contra.
En todos los casos, Dilma Rousseff quedaría a un paso de ser destituida. Si eso sucede, será reemplazada por Michel Temer, el hombre que ejerce la presidencia de forma interina desde el pasado 12 de mayo.
Los defensores de Rousseff intentaron dilatar el proceso para evitar que el debate continúe sumando votos en su contra mediante la presentación de numerosas cuestiones previas que motivaron las protestas de la mayoría adversa.
El enfrentamiento dialéctico subió de tono, y el propio presidente del Senado llegó a perder la compostura cuando discutió con la senadora Gleisi Hoffmann, una de las más fieles escuderas de Rousseff.
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Se va Dilma Rousseff pero la crisis queda: los desafíos del Brasil que viene https://t.co/75yyaKAy4e @dariomizrahi pic.twitter.com/sQFnHPal0i
— Infobae América (@InfobaeAmerica) August 28, 2016
Hoffmann declaró abiertamente que el Senado "no tiene ninguna moral para juzgar" a la mandataria. La declaración de Hoffmann disgustó al Senado, y el propio Calheiros la consideró "el colmo", tras lo cual hizo uno de los más duros pronunciamientos vistos desde el comienzo del proceso.
"¿Cómo una senadora puede decir una cosa como esa?", declaró Calheiros en el pleno del Senado, y recordó que Hoffmann y su esposo, el ex ministro Paulo Bernardo Silva, también son investigados por presunta corrupción en la Corte Suprema.
La votación que decidirá la suerte de Rousseff está prevista para este martes o miércoles, y allí la presidente podrá perder definitivamente el poder si así lo decide la mayoría calificada de 54 votos entre los 81 senadores.