Venezuela deportará a Jihad Diyab, el ex reo de Guantánamo que dejó su asilo en Uruguay

Christian Mirza, mediador entre el gobierno uruguayo y los ex presos de la base militar de Estados Unidos, informó que el sirio llegará en las próximas horas a suelo uruguayo en completa “reserva”

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El sirio Jihad Ahmad Diyab, ex prisionero de Guantánamo detenido en Venezuela, será enviado de regreso a Uruguay en las próximas horas, según dijo este domingo a la AFP el mediador que ha oficiado de nexo entre el gobierno uruguayo y los expresos.

"Llegará en las próximas horas pero se mantendrá en reserva su llegada para preservar su estabilidad. Consideramos que ha estado muy expuesto", señaló el mediador Christian Mirza.

El activista estadounidense Andrés Conteris había informado vía telefónica a la AFP en Caracas que "tres fuentes independientes entre sí", que prefirió mantener en el anonimato, filtraron que el sirio había iniciado una huelga de hambre tras "enterarse que las cancillerías de Venezuela y Uruguay negociaban su deportación a Uruguay".

Mirza señaló no tener información de que Diyab se mantiene en huelga de hambre y que según los datos que maneja se encuentra en buen estado de salud. Agregó que cuando vuelva a Uruguay se le realizarán chequeos médicos.

Jihad Ahmad Diyab (Reuters)
Jihad Ahmad Diyab (Reuters)

Diyab reapareció en Venezuela en julio tras abandonar Uruguay, a donde llegó en 2014 como refugiado junto a otros cinco exdetenidos de Guantánamo, tras un pacto entre los gobiernos de Montevideo y Washington. Esperaba ser enviado a Turquía o un tercer país para reunirse con su familia, algo que estaba gestionando con el Comité Internacional de la Cruz Roja.

"Cuando esté de regreso se hablará con él para ver qué es lo que quiere hacer y se analizará con cancillería y la Cruz Roja los pasos a seguir", señaló Mirza, quien enfatizó que el estatus de refugiado de Diyab le permite salir de Uruguay siempre que sea aceptado por el país al que viaja.

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Diyab está recluido en Venezuela en la sede de la policía secreta, donde no ha podido ser visitado por el activista Conteris ni por su abogado estadounidense, Jon B. Eisenberg.

Hasta ahora, las autoridades venezolanas no se han pronunciado sobre el caso.

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