El gobierno de Colombia y las FARC anunciaron el fin del diálogo de paz en La Habana

Las delegaciones negociadoras en Cuba firmaron el cierre del acuerdo, tras cuatro años de conversaciones. El presidente Juan Manuel Santos pidió al Congreso este jueves que autorice el plebiscito nacional para que se realice el próximo 2 de octubre

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Tras casi cuatro años de discusiones, el gobierno de Colombia y la guerrilla de las FARC llegaron a un acuerdo de paz para poner fin a cinco décadas de conflicto armado en la nación sudamericana. Para que entre en efecto, el acuerdo aún debe ser ratificado por los colombianos en un referendo.

"La guerra ha terminado", afirmó el jefe negociador del gobierno colombiano, Humberto de la Calle, quien señaló que la mejor manera de superar el conflicto fue sentarse con las FARC "a hablar de la paz".

El segundo jefe de las FARC y líder de los delegados de la guerrilla, Luciano Marín, alias “Iván Márquez”; saluda al jefe de la delegación de paz del Gobierno colombiano, Humberto de la Calle (EFE)
El segundo jefe de las FARC y líder de los delegados de la guerrilla, Luciano Marín, alias “Iván Márquez”; saluda al jefe de la delegación de paz del Gobierno colombiano, Humberto de la Calle (EFE)
 

El anuncio fue hecho en La Habana inicialmente por los garantes de Cuba y Noruega, en presencia de las partes del gobierno colombiano y de las FARC. "No queremos que haya una víctima más en Colombia", señalaron en una declaración los garantes.

Las partes fueron encabezadas por Humberto De la Calle y Luciano Marín o "Iván Márquez", jefes de las delegaciones negociadoras del gobierno colombiano y la guerrilla, respectivamente.

La negociación, enfatizaron las partes, busca prestar especial atención a los grupos más vulnerables, como las mujeres, los niños y las niñas, los desplazados, los integrantes de la comunidad LGTBI y los adultos mayores.

Delegados de la guerrilla y delegados del gobierno colombiano celebraron el fin del diálogo de paz en Cuba
Delegados de la guerrilla y delegados del gobierno colombiano celebraron el fin del diálogo de paz en Cuba

El arribo a un acuerdo se vislumbró a comienzos de agosto cuando las partes presentaron una suerte de hoja de ruta que guiará el cese del fuego bilateral, el cual entrará en vigencia desde el mismo momento en que se firme el acuerdo definitivo. El cese al fuego significa el fin de los enfrentamientos entre el Estado y las FARC.

Ahora, el gobierno colombiano debe informar al Congreso para que convoque a un plebiscito, en el cual los colombianos dirán si respaldan o no el acuerdo.

En la mañana, el presidente Juan Manuel Santos había dicho que "todos debemos estar muy contentos porque hoy es un día muy especial".

En tanto, el máximo jefe de las FARC, Rodrigo Londoño o "Timochenko", había comentado al espacio informativo Nueva Colombia Noticias que quería compartir con el pueblo colombiano la buena nueva y los invitó "a todas y a todos a que nos acompañen a seguir haciendo esfuerzos por conquistar la paz con justicia social".

"Este es un gran momento histórico para el país. Acabar una guerra tan dura es toda una hazaña", indicó a The Associated Press monseñor Luis Augusto Castro, presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia. El prelado agregó que es clave que en adelante se desarrollen en en el país campañas pedagógicas para que los colombianos tengan claro qué fue lo que se acordó en la capital cubana.

También de histórica calificó la noticia el ex alto comisionado para la paz Víctor Ricardo, quien hizo hincapié en que durante 60 años el Estado trató de derrotar sin éxito a las guerrillas por la vía militar y que como no lo pudo hacer acudió la negociación.

Juan Manuel Santos, Raúl Castro y “Timochenko” (EFE)
Juan Manuel Santos, Raúl Castro y “Timochenko” (EFE)

Desde fines de 2012 la administración de Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) llevan adelante en Cuba el proceso para tratar de poner fin a más de medio siglo de conflicto armado interno.

En cuatro años las delegaciones llegaron a acuerdos en temas clave como una reforma agraria, la participación de los rebeldes en política, la lucha conjunta contra el narcotráfico, el resarcimiento de las víctimas, el blindaje jurídico y político a los puntos que se acuerden en la negociación, la forma en que los actores del conflicto armado pagarán por sus crímenes, el cese bilateral y definitivo del fuego y el abandono de las armas por parte de los rebeldes. Según cifras oficiales, las FARC tienen en sus filas a unos 7.000 combatientes.

Los diálogos han tenido una férrea oposición entre los seguidores del ex presidente Álvaro Uribe (2002-2010).

También se establecieron a inicios de mes los mecanismos de monitoreo para el fin de las hostilidades que correrán a cargo de Naciones Unidas y grupos de observadores internacionales y el funcionamiento de 23 zonas y ocho puntos a los cuales arribarán de manera transitoria los guerrilleros mientras se realiza el proceso de abandono de las armas.

Asimismo, se estableció que la recolección y almacenamiento del armamento en poder de las FARC se desarrollará en tres fases a los 90, 120 y 150 días de la firma de la paz.

En los últimos 15 años el ejército colombiano, apoyado por el gobierno de Estados Unidos, desató una ofensiva que diezmó las tropas del movimiento insurgente y replegó a sus combatientes pero sin lograr derrotarlos, lo que puso a las partes en la necesidad de sentarse en una mesa de diálogo como la desarrollada en La Habana.

Si se formaliza el acuerdo final se extinguiría el último gran movimiento armado de América Latina.

En el país quedaría operando el Ejército de Liberación Nacional (ELN), aunque el gobierno de Santos también busca negociar la paz con ese grupo rebelde.

Pese a los esfuerzos de las FARC y la administración de Santos la reconciliación entre los colombianos parece compleja tras un enfrentamiento que dejó más de 220.000 muertos, miles de desaparecidos y millones de campesinos desplazados a las ciudades desde que se iniciaron las hostilidades en 1964.

Por Libardo Cardona y Andrea Rodriguez (AP)

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