Los ex directores de la Oficina Nacional Antidrogas (ONA) de Venezuela fueron imputados este lunes por la Justicia de Estados Unidos por traficar droga a ese país.
La acusación formal, revelada ante la Corte del Distrito Este de Nueva York, es contra el ex director general de la ONA y ex comandante de la Guardia Nacional venezolana Nestor Luis Reverol Torres y el ex subdirector de la ONA y actual agregado militar de Venezuela en Alemania, Edylberto Jose Molina Molina, por haber participado en una conspiración internacional para el tráfico de cocaína.
La imputación había permanecido bajo secreto de sumario por un juzgado federal de Brooklyn desde enero de 2015 y se relaciona con la actuación de Reverol y Molina entre enero de 2008 y diciembre de 2010, cuando fueron las máximas autoridades antidrogas del gobierno de Hugo Chávez.
De acuerdo a los documentos con que cuenta la Justicia estadounidense, durante ese período, Reverol y Molina recibieron pagos de los traficantes de drogas a cambio de ayudarlos a distribuir cocaína y enviarla a los Estados Unidos. Entre otras cosas, los funcionarios alertaban a los traficantes sobre dónde se harían los operativos antinarcóticos para que pudiesen modificar sus rutas y los lugares donde ocultaban la droga.
Del mismo modo, según la acusación de la Fiscalía, también frenaron y desviaron investigaciones antinarcóticos para facilitar que vehículos cargados con cocaína salieran de Venezuela, liberar a personas arrestadas en distintos procedimientos y retornar el dinero incautado en estos.
Reverol y Molina también evitaron el arresto y la deportación de individuos reclamados por otros países, como Estados Unidos, acusados de tráfico de drogas.
La imputación es la segunda revelada en la Corte del Distrito Este de Nueva York contra altos funcionarios del régimen chavista acusados de colaborar en el tráfico de drogas a EEUU. En marzo de 2013, fueron imputados el capitán de la Guadia Nacional de Venezuela Vassyly Kotosky Villaroel Ramirez y el oficial Rafael Antonio Villasana Fernandez por participar en una conspiración internacional para la distribución de cocaína.
"La imputación anunciada hoy refleja nuestros esfuerzos para combatir uno de los aspectos más insidiosos y peligrosos del tráfico internacional de drogas, que es la habilidad de los cárteles de la droga para infiltrar y corromper los escalones más altos del gobierno y las fuerzas de seguridad", dijo el fiscal estadounidense Robert Capers. "Nada es más dañino para los esfuerzos por combatir el tráfico de drogas que funcionarios corruptos que violan la confianza pública asistiendo a los traficantes de drogas en sus actividades criminales cotidianas".