Al menos dos de los informantes de la Agencia Antidroga de Estados Unidos (DEA) vinculados al caso de los narcosobrinos fueron asesinados tras el arresto de Efraín Campo Flores y Franqui Francisco Flores, familiares de la pareja presidencial de Venezuela, según revelaron documentos de la Corte del Distrito Sur de Nueva York y personas familiarizadas con la situación.
El informante identificado por las autoridades de EEUU como "CW-1", quien aparece sentado en una silla de ruedas frente a los sobrinos en una foto suministrada por la DEA, fue ejecutado pocos días después del arresto. "Alrededor del 4 de diciembre de 2015, fui notificado que CW-1 había sido asesinado", declaró el agente especial Sandalio González, perteneciente a la División de Operaciones Especiales de la agencia, en un documento de la corte, informó El Nuevo Herald.
Pero CW-1 no fue el único en ser ejecutado. "Han matado a dos", dijo una de las fuentes que hablaron bajo condición de anonimato. "Al de Honduras, [CW-1] lo mandaron a matar desde Venezuela".
El segundo asesinado se encontraba en el país gobernado por Nicolás Maduro y era un colaborador que participó en la periferia de la operación encubierta que condujo al arresto de los sobrinos. Las órdenes de su asesinato fueron emitidas por los proveedores de droga de los sobrinos en Venezuela, dijo la fuente.
Campo y Flores, quienes fueron criados como hijos por Maduro y su esposa, Cilia Flores, fueron arrestados el 10 de noviembre en Haití y actualmente enfrentan cargos en la Corte Federal del Distrito Sur de Nueva York por conspirar para importar 800 kilogramos de cocaína de alta pureza a Estados Unidos.
Gran parte de la evidencia contra los jóvenes fue recabada en reuniones previas con informantes de la DEA, que incluían a CW-1, un narcotraficante que operaba en Honduras y que venía colaborando con la agencia antidroga con la esperanza de alcanzar un acuerdo extrajudicial para reducir los cargos presentados en su contra en Estados Unidos.
CW-1, que había quedado postrado en una silla de ruedas por un accidente que había sufrido previamente, fue quien informó a la DEA a inicios de octubre de 2015 que había sido contactado por dos venezolanos que estaban interesados en participar en una operación de drogas.
Los venezolanos tenían previsto viajar a Honduras para participar en una reunión en la que coordinarían los detalles de la operación que involucraba el envío desde Venezuela a Honduras de un avión cargado de droga con planes de vuelo de apariencia legitima.
"CW-1 posteriormente reportó que se había reunido con los acusados y otros en San Pedro Sula, Honduras, para discutir el envío de cientos de kilogramos de cocaína desde el Aeropuerto Internacional Simón Bolívar, de Maiquetía, al aeropuerto Internacional Juan Manuel Gálvez, en Honduras", señala uno de los documentos presentados por la Fiscalía Federal del Distrito Sur de Nueva York.
En una reunión sostenida posteriormente por los sobrinos en Caracas con potenciales socios que en realidad eran colaboradores de la DEA, los acusados admitieron que ellos anticipaban pagarle a CW-1 alrededor de USD 900.000 para facilitar la recepción de la droga en Honduras.
El caso contra los sobrinos incluye declaraciones de los acusados sobre sus planes para despachar a Estados Unidos múltiples envíos de droga de alta pureza suministrada por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Las FARC son los principales proveedores de droga del denominado Cártel de los Soles, organización criminal conformada por altos funcionarios y oficiales del chavismo que controla las operaciones de droga en Venezuela.