El ex capitán guatemalteco Byron Lima, en prisión por la muerte en 1998 del obispo Juan Gerardi, fue asesinado hoy en la cárcel donde estaba recluido, informaron medios locales. El violento hecho ocurrió en medio de un motín en ese penal, luego de que otros reclusos le arrojaran una granada de fragmentación, según los primeros informes. En la revuelta también habría fallecido la esposa de Lima, Alejandra Reyes, quien estaba visitando a su marido. Los heridos se cuentan por decenas.
El portavoz de los Bomberos Voluntarios, Julio Sánchez, confirmó la muerte de Lima en la Granja Penal Pavón en un supuesto motín, según declaraciones que le atribuye la prensa, aunque por el momento las autoridades no han brindado mayor información.
Lima fue condenado a 20 años de prisión por el asesinato de Gerardi, al igual que su padre, el coronel retirado del Ejército Byron Lima Estrada, y el sacerdote Mario Orantes, quienes ya recuperaron su libertad, y también el especialista Obdulio Villanueva, quien fue asesinado en 2003 en un motín en la cárcel.
A Lima se lo vinculó en reiteradas oportunidades con el narcotráfico, algo que no es infrecuente en la historia reciente de Centroamérica. Cada día salen a la luz nuevas revelaciones respecto a las múltiples complicidades entre los traficantes de drogas y los uniformados de Guatemala, El Salvador, Nicaragua y Honduras, sobre todo.
El preso más poderoso
Tiempo atrás, el comisionado Iván Velásquez, cabeza responsable de la Comisión Internacional contra la Impunidad de Guatemala (Cicig) había sido consultado respecto a la influencia dentro del sistema penitenciario guatemalteco de Lima: "Era un preso con mucho poder. Tenía el manejo de la cárcel donde se encontraba, conseguía trasladar a quien quisiera". La Cicig es una unidad investigadora que depende de Naciones Unidas y que puso en jaque al poder corrupto de Guatemala.
El periodista Rodrigo Baires, de Plaza Pública, es un gran conocedor de Lima: "Es el preso con más poder del país y está acusado del delito político más gave de los últimos 15 años de la historia de Guatemala".
Era tal el poder de este reo, que en una oportunidad, ante la justicia, desafió: "Quien pagó el parto de mi esposa fue el ministro (Mauricio) López Bonilla, con un cheque de Gobernación y lo pueden comprobar". Ese ex funcionario guatemalteco fue vinculado a diversos crímenes, entre ellos con el narcotráfico.