El número de casos de microcefalia en recién nacidos asociados al virus del zika en Brasil pasó de 1.489 a 1.551 en los últimos siete días, según el informe semanal divulgado por el Ministerio de Salud.
Este dato supone un aumento de 62 casos, lo que representa un incremento del 4,1 % en la última semana, según el boletín sobre esta enfermedad publicado este martes por la cartera de Salud.
Las autoridades sanitarias aún investigan otros 3.017 casos posibles de microcefalia en recién nacidos. Descartaron otros 3.262 casos de las 7.830 notificaciones recibidas, porque no se constató esta malformación en los bebés o porque ésta no fue causada por agentes infecciosos.
De acuerdo con este último boletín epidemiológico del ministerio, hasta el momento se ha confirmado en 224 casos la relación entre la microcefalia y el zika, mientras que en los restantes, el vínculo entre la enfermedad y el virus todavía no ha sido completamente corroborado.
La gran mayoría de los casos de microcefalia se concentra en la región Nordeste de Brasil, con especial incidencia en los estados de Pernambuco y de Bahía, con 363 y 252 casos confirmados, respectivamente.
Desde octubre del año pasado, se registraron 310 muertes sospechosas de estar relacionadas con esta malformación, de las cuales, 69 ya fueron confirmadas.
El virus del zika, al igual que el dengue y el chikungunya, es transmitido por el mosquito Aedes aegypti, que es común en la región de América Latina y el Caribe.
Brasil es el país donde se han notificado más casos de microcefalia en recién nacidos, supuestamente relacionados con el virus.
Esta situación ha generado una seria alarma a nivel internacional, especialmente por la próxima celebración de los Juegos Olímpicos en Río de Janeiro, lo que podría facilitar la propagación del virus a diversos países como consecuencia del alto número de turistas que recibirá el país.
Sin embargo, este mismo martes, el Comité Organizador Río 2016 insistió en que el zika no supondrá un riesgo para quienes asistan a la cita deportiva debido, en gran medida, a que el invierno austral es poco propicio para la procreación del mosquito transmisor del virus.
Fuente: EFE.