La histórica pelea entre Muhammad Alí y "Ringo" Bonavena en Nueva York

Se enfrentaron en el Madison Square Garden el 7 de diciembre de 1970. Protagonizaron una de las peleas más vistas en la historia del boxeo. El norteamericano se quedó con el triunfo en el último round

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El 7 de diciembre de 1970 quedará grabado en la historia del boxeo mundial. Ese día, en el mítico Madison Square Garden, Muhammad Alí y Oscar Ringo Bonavena se enfrentaron en unas de las peleas más recordadas del boxeo.

El norteamericano y el argentino pelearon durante quince rounds en Nueva York, y le brindaron al público un espectáculo para el recuerdo. Mano a mano y manteniendo la emoción sobre el cuadrilátero, los boxeadores pelearon hasta el último round dejando en suspenso al ganador.

Ringo Bonavena viajó a Estados Unidos en búsqueda de una hazaña. Peleó con miles de personas en su contra y ante el mejor boxeador de los pesos pesados. Perdió en el último de los quince rounds que disputaron y luego de caer tres veces a la lona.

La pelea no tuvo un título en juego pero tuvo una enorme relevancia internacional. Fue transmitida por televisión en vivo para la Argentina y generó que una multitud de argentinos siguieran el combate de uno de los boxeadores más importante que tuvo el país.

El combate tuvo picos de rating de 80 puntos y marcó la historia del boxeo argentino. Alí marcó la diferencia a partir de la mitad de la pelea. En los primeros rounds fue dominado por el argentino, que pudo haber logrado un triunfo histórico si no fuera por la experiencia y la calidad del norteamericano. El púgil nacido en Louisville marcó la diferencia con su velocidad de piernas y sus ganchos potentes.

La pelea marcó una vara alta en las transmisiones deportivas. El rating logrado solo fue superado, veinte años después, por los 82 puntos que cosechó la semifinal del Mundial de Italia 90' entre Argentina e Italia. Hasta ese momento, ninguna pelea había despertado tanta expectativa en el país como la que protagonizaron Ringo y Alí.

En el ring se enfrentaron dos bravucones que le aportaban folklore al deporte de los puños. No eran solo palabras que quedaban en el aire. Ambos solían ser fanfarrones pero demostraban su calidad arroba del cuadrilátero. Así fue aquella noche en Nueva York.

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