son apellidos que quedaron manchados después del escándalo que explotó en la FIFA el año pasado. "La evidencia parece revelar un coordinado esfuerzo de tres antiguos directivos de la FIFA para enriquecerse a sí mismos", es la frase con la que los apuntó Bill Burck, abogado que investiga a la Federación.
Este trío es nada menos que la columna vertebral de la casa madre del fútbol, en los tiempos en los que el dinero corría de un lado a otro y los sobornos eran moneda corriente. Ahora, el flamante presidente
está bajo la lupa y tendrá que hacer su trabajo como corresponde, para no ser vinculado a los arreglos que salpicaron con mugre a la pelota.
La investigación se inició por los
que percibió
, ex mandatario de la UEFA, por parte de Blatter (en concepto de un trabajo de asesoría). Tras la suspensión de ambos en sus cargos, continuó y los documentos que hallaron dejan muy comprometidos a las cabezas más importantes que tenía la FIFA hace nada más que algunos meses atrás.
Al ex presidente, ex secretario general y ex director de finanzas se los acusa de enriquecimiento ilícito, al menos, en los últimos cinco años. La cifra que trascendió es escalofriante:
(más de 80 millones de dólares).
Para redondear esa suma, se registraron incrementos anuales en los salarios, bonus por la Copa del Mundo de Brasil e incentivos extras. Son múltiples los hechos de corrupción que violan las leyes suizas, según el informe confeccionado por la FIFA.