Los contratos de la oleaginosa más negociados, para entregar en julio, saltan 3%, hasta los USD 399,18 por tonelada en el mercado de granos de Chicago, su nivel más alto desde los USD 400,88 por tonelada del 12 de septiembre de 2014.
Desde que comenzó 2016 la soja lleva un recorrido alcista que le permitió recuperar un 24,7% de su valor, desde los USD 320,14 por tonelada al cierre del año pasado.
"Lo positivo para la Argentina de 2016 en adelante es que no parece que el precio de los commodities continúe cayendo, lo cual es relevante para el sostenimiento del nuevo esquema económico", expresó Eduardo Luis Fracchia, analista del IAE Business School de la Universidad Austral. "La soja en 400 dólares es un incentivo a las exportaciones que están a su vez recibiendo líneas de financiamiento", añadió.
Según datos de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC) la liquidación de exportaciones del agro e industrias derivadas hasta el 20 de mayo alcanzó los USD 9.946,7 millones, un 33,3% más que en el mismo período del año pasado.
No solo contribuyó el impulso de precios a este aumento de ventas externas, también lo hizo el potente incentivo de la reducción de retenciones a la producción del sector. Los derechos de exportación aplicados a soja y derivados como harinas, residuos y aceite se redujeron al 30%, mientras que se eliminaron para trigo, maíz, sorgo y girasol.
"El campo ha recibido apoyo concreto desde diciembre y será un factor de impulso al crecimiento. Se espera una cosecha razonable a pesar de las inundaciones, con un buen desempeño de la producción de soja con precios algo más atractivos", continuó Fracchia.
El daño por las inundaciones reduce las ganancias por los elevados precios
Los perjuicios de las excesivas lluvias e inundaciones en la zona núcleo de la Argentina fueron en parte impulsoras de las cotizaciones. El último informe de la Bolsa de Comercio de Rosario estima en un 7,5% la pérdida de cosecha de la presente campaña de soja, que concluye en julio, a 55 millones de toneladas.
El analista y consultor Manuel Alvarado Ledesma expresó que "los daños ocasionados por las lluvias y los excesos de humedad son, seguramente, tan graves sobre la calidad como sobre la productividad. La caída de rindes y las bajas en la calidad vienen repercutiendo en el mercado local y en el internacional. Sobre todo desde mediados de mayo".
"Obviamente, en este cuadro, hay grandes ganadores y fuertes perdedores. Muchos pudieron cosechar antes de las lluvias (todo o gran parte) y esperar las subas. Ellos hoy pueden capturar estos precios elevados", indicó Alvarado Ledesma a Agrositio. "Pero hay muchísimos que no llegaron a tiempo con la trilla y han sufrido pérdidas en calidad y cantidad. Ellos pueden tomar los actuales precios, pero deben soportar los daños ocurridos. Por lo tanto, en muchos casos las subas de precios tan sólo actúan como compensación. Y en otros, ni siquiera ello", agregó.