Uber no cesa en su rebeldía a la hora de plantear su unidad de negocio en la Argentina y alrededor del globo. Resistido por los servicios de transporte tradicionales, persiste en su comportamiento desafiante con un contraataque directo: experimentar el rendimiento de sus propios coches autónomos. Uber eclosionó en Argentina provocando una intensa y actual confrontación con los taxis porteños, una disputa que se extendió por varios países donde ejecutó su plan de servicio de traslado de pasajeros online. Ahora refuerza su carácter innovador con la incorporación a su flota móvil vehículos automatizados, inteligentes, sin conductores.
La conducción autónoma, aquella que prescinde de la condición humana, es el eje de las grandes compañías tecnológicas y automovilísticas para abrirle las puertas al futuro. Pittsburgh, Pennsylvania, Estados Unidos, es el sitio donde Uber ha estado testeando su tecnología de inteligencia automatizada. La intención es, durante un tiempo de prueba, recolectar todo tipo de información funcional a los efectos de medir el rendimiento del vehículo.
El prototipo aprovecha su alianza no explícita con Ford para emplear el modelo Fusion versión híbrido (en el mercado argentino es el Mondeo), dotado por un sofisticado sistema de escáneres láser, cámaras y radares. El software asociado al auto registra con cámaras de alta resolución los espacios de circulación y mediante los sensores láser y la red de radares se establece la posición del vehículo y reconoce los componentes del camino.
En esta etapa experimental, el auto de Uber se somete a situaciones reales de tráfico abierto en procura de relacionarse con las conductas habituales de peatones, ciclistas u otros conductores. Por el momento, sólo cumple como propósito recopilar datos de mapeo y recoger precisiones que perfeccionen las habilidades de manejo del prototipo automático.
Uber anunció que en el período de prueba un conductor humano relevará la inteligencia artificial del vehículo autónomo en caso de ser necesario. La compañía de transporte alternativo acompaña el concepto neurálgico de Google: la siniestralidad cero, el fin de los accidentes de tráfico y de las muertes viales. En simultáneo a estos avisos, aún no reveló cuándo oficializará la implementación de esta tecnología en las calles.
Con el lanzamiento de este servicio, Uber prescindiría de sus conductores, el sostén práctico hoy de su desarrollo en el país. Optimizaría también su horario operativo con 24 horas de actividad interrumpida sólo para recargar las baterías de su sistema híbrido de propulsión mecánica.
Uber difundió las primeras imágenes de un proyecto en el que viene trabajando hace varios años con una pretensión oportunista. Su planificación de ser la compañía pionera en el servicio de transporte autónomo mundial se vio desafiada por la fusión reciente entre un gigante automotriz y una empresa de su misma categoría. General Motors acaba de invertir USD 500 millones en Lyft, una empresa de transporte colaborativo con sede en San Francisco y principal competidor de Uber en la escena estadounidense.