Los jóvenes y el arte: una relación cada vez más estrecha

En estos 25 años de vida, arteBA superó las expectativas con creces. Más de 8.800 artistas expusieron en su predio -que con el correr de los años se traspasó del Centro Cultural Recoleta a La Rural-, y más de 1.800.000 visitantes disfrutaron de sus obras. No se puede negar que arteBA se convirtió en una institución que atraviesa generaciones y que tiene algo para ofrecerles a todos. Su popularidad es impresionante, y sus grandes propuestas para jóvenes llevaron a que el arte salga del nicho y se masifique, integrando, y fomentando a la participación.

El Barrio Joven de arteBA es el espacio de la feria dedicado a artistas y galerías que están transitando los comienzos de su carrera. Fernando Farina, curador de Chandon y ex organizador de esta sección, dialogó con Infobae, y explicó que Barrio Joven "se plantea con un mix entre la posibilidad de dar lugar a nuevos espacios y a nuevos artistas. Es una antesala importantísima para artistas sin trayectorias y sin legitimación a nivel mercado, en cuanto a participación y foco".

Orly Benzacar, curadora del comité de selección en Sección Principal, cree que la feria sorprende cada año por su evolución positiva. "El arte argentino es extraordinariamente bueno, y los que vienen se dan cuenta", aseguró. "Yo soy testigo de estos 25 años de arteBA y puedo decir que Barrio Joven vino para difundir arte contemporáneo de una manera más amplia, para que no quede circunscripta. Hay un abanico más amplio para adquirir y estimulación. Es un sector muy interesante y diferente".

Jacobo Fiterman, uno de los fundadores de arteBA y hoy presidente del consejo consultivo de arteBA,es un testigo del nacimiento de este concepto y su relevancia en el mercado actual. "El arte joven es muy importante porque permite acercarse a la feria a un precio muy bajo. Los gustos son diferentes y van evolucionando, como la música, que tiene mucha relación con el arte. Hay un acercamiento diferente. Es muy bueno ofrecer eso", destacó Fiterman.

Es que en arteBA hay una especie de "primer flechazo" entre jóvenes y arte. Desde su apertura al público el jueves 19, esto fue visible en la interacción de este tipo de audiencia con las obras. Chicos de secundaria reían, sacaban fotos y contemplaban las distintas piezas. Algunos nunca antes habían acudido a un evento semejante, pero la atracción fue instantánea y total. Farina cree que esto se debe a que aquí hay proyectos más alternativos y experimentales -palabra que aclara que no le gusta demasiado- que en otras secciones. "Es muy abierto y diferencial dentro de la feria. Pone de manifiesto una gran diversidad. Es mucho más jugado, y propone un planteo transgresor y de búsqueda".

Por su parte, el primer presidente de arteBA, Alejandro Corres, rememoró que la idea original en la feria era que "las galerías formaran un espacio para artistas jóvenes. Primero era experimental, y después se fue posicionando en cuanto a visibilidad. Sin dudas hoy está lleno de gente, y es uno de los espacios más convocantes de la feria".

El espacio Chandon fue el que compró este año la primera obra a puertas cerradas del Barrio Joven. El artista premiado es el tucumano de 34 años Agustín González Goytía, de la galería argentina Pasto. La obra titulada Batalla (2015) formará parte del museo creado en la Maison de Moët Hennessy Argentina. Por su parte, La Rural adquirió cinco nuevas obras de artistas locales emergentes: Territorio de Río Negro, de Leopoldo Estol, Fuerte y Blando, de Jimena Croceri, El canto de Jano: abrazo y El canto de Jano: Mujercitas, de Leticia Obeid, y Sin título, de Valeria Maggi.

Este interés de arteBA en el arte joven también es una forma de incentivar el consumo de un público de menor edad. El Barrio Joven fue creado con la idea de a la vez presentar a artistas sin una trayectoria todavía de renombre, y generar más difusión entre sus pares en el público, que promociona el coleccionismo gracias a precios más accesibles que en otras secciones de la feria. Aquí muchos jóvenes pueden adquirir su primera obra.

Y Farina cree que en este espacio se siente un clima particular, más revolucionario: "Se busca generar coleccionismo, y que la feria no quede cerrada al mismo público de siempre. Es un formato diferente, y los precios, que son más bajos y accesibles, invitan a primeros coleccionistas. Hay efervescencia y particularidad, vitalidad y riqueza".