Los representantes de Uber dieron sus primeros pasos a fines de 2015, cuando mantuvieron reuniones con funcionarios del Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, pero su desembarco se hizo inminente recién el 27 de marzo. La empresa tomó una decisión que dejó entrever la pronta puesta en marcha de la app: convocó a conductores en su primera acción oficial. Y fue exitosa: se inscribieron 15.000 en las primeras 24 horas.
Los cortes simultáneos en la ciudad de Buenos Aires fue el próximo paso de los taxistas. Y luego de que presentaran un recurso de amparo, la Justicia porteña ordenó suspender la aplicación. "Podés manejar tranquilo", respondía la empresa desde sus redes sociales. Y su estrategia de comunicación quedó en evidencia al negar el freno judicial: llegar sin pedir permiso y no confrontar, a la vez que regaló viajes de hasta $200 a sus usuarios durante cinco días.
En Chile, si bien Uber lleva dos años operando, en las últimas semanas arreció el conflicto con los taxistas al compás del conflicto argentino. La aplicación respondió a la marcha convocada para esta semana con viajes gratis, la misma estragegia que usó en Buenos Aires. Y en muchas otras ciudades.