Una voz pausada y armoniosa. Casi como si su profesión marcase la cadencia de sus palabras. El ritmo lo atraviesa, lo forma, lo compone. La música está allí, en cada rincón, en las personas y en él, pero recién comenzó a sentirlo durante su adolescencia.
En el marco del Día de la Música y el Compositor –en conmemoración de la creación del Himno Nacional Argentino- el destacado artista Santiago Chotsourian dialogó con Infobae sobre cómo los sonidos fueron afectando su desarrollo personal.
Fue a los 14 o 15 años cuando se dio cuenta de que la música ya era una parte integral de su vida. Pero aún desconocía hasta qué punto: "Me empezaron a pasar cosas con la música. Iba al piano a tocar las cosas que me enseñaban en el conservatorio, pero me pasaban cosas diferentes. Necesitaba componer, hacer algo con eso que me pasaba en el piano".
Y agregó: "Entonces lo fui a ver a mi primer profesor, que fue Rubens Vitale, el papá de Lito Vitale, un gran maestro de composición. Con muy poquitas palabras te iba dando las claves de por dónde ir, pero por dónde ir vos, no por dónde llevarte él. Te llevaba por tu propia libertad", dijo.
Músico, compositor, director de orquestas y coros; fue fundador y director de Amadeus, FM Clásica Nacional, Radio Clásica y Arpegi. Además se especializó en composición de música en vivo para el cine mudo, logrando interpretar muchas de sus obras en festivales nacionales e internacionales.
No se considera un compositor de escritorio, de partituras, sino más bien una especie de coreógrafo que trabaja en escena, con los intérpretes. Allí, donde transcurre algo de lo "vivo".
"Comencé a componer cuando decidí que quería ser libre".
"Esa vida la encuentro en la interlocución de la palabra, en la voz y en lo singular que es esta. Cada cantante es uno y es único. Creo que ahí es donde transcurre todo. Me interesa que pase algo. Yo trato que en escena haya una presencia viva y creo que eso viene con la voz y la palabra".
Ve la música como el transcurso de todo lo que pasa en la realidad, no como un agregado ni como un traje que uno se pone.
"Diría que la vida es música, y que quizá la vida sea una composición. A mí me ha servido pensarla y transcurrirla de esa manera", finalizó.