Muchas veces se deja de lado o se cree que es poco importante. Sin embargo, la merienda es fundamental y no se debe saltear. En especial cuando se trata de los chicos que llegan a la casa después de una jornada intensa y agotadora.
La merienda debe ser nutritiva y energética. Pero, eso sí, hay que evitar que consuman calorías vacías. Por eso hay que controlar la ingesta de azúcar o grasas en exceso, en particular si existe sobrepeso.
"Es importante que sean alimentos sanos, del agrado del chico y que proporcionen saciedad", explica la licenciada en nutrición Viviana Viviant, especialista en obesidad y directora del sitio Nutrición y vida sana. Además, sugiere que, como a cada una de las comidas, se le dedique tiempo. La clave es sacar el piloto automático y aprender que comer sano puede ser placentero.
La especialista sugiere algunas combinaciones que incluyen lácteos, frutas y cereales.
- Yogur con cereal y una manzana o un racimo de uvas
En caso de prepararles sándwich optar por pan de salvado o integral. Otra alternativa es usar la figazza que no tiene tanta miga. Es mejor que no tengan aderezo pero de usarlo, la mejor opción es el ketchup o mostaza que son bajos en calorías.
Como bebida habría que evitar las que tienen azúcar agregada, como las gaseosas o jugos. La mejor alternativa es usar leche descremada, jugo naturales de fruta, aguas saborizada sin azúcar, jugo y gaseosa light o, simplemente, agua o soda.
Enseñarles a comer bien desde chicos
Para lograr una alimentación saludable es vital crear el hábito desde que los niños son pequeños. Para eso hay que acostumbrarlos a hacer todas las comidas. "No deben saltearse el desayuno", remarcó la especialista. Esta primera comida ayuda a dar saciedad y tiene que ser nutritiva. Esto quiere decir que debe incluir lácteos (leche y derivados), hidratos de carbono (tostadas integrales, por ejemplo) y vitaminas (frutas enteras o jugos sin agregado de azúcar).
El hábito también contribuye a estimular el apetito. Es necesario que haya una rutina donde se respeten horarios y donde el niño encuentre suficiente tiempo para poder disfrutar de cada una de las comidas.
Para que el pequeño disfrute de cada plato, hay que vincular la situación con momentos placenteros. Por eso hay que dar espacio para el diálogo ameno y evitar generar discusiones o apurar al niño para que coma rápido. Too a su debido tiempo.
Las porciones deben ser acorde a la edad. Servir grandes raciones puede jugar en contra e incluso quitar el apetito.
Es conveniente que el niño colabore para elegir los alimentos. Esta participación los estimulará a comer de forma variada.
Hay que tener en cuenta que la mejor manera de enseñar algo a los chicos es dando el ejemplo. Si queremos propiciar una alimentación sana y nutritiva, entonces uno tiene que seguir esta misma lógica a la hora de comer. Esto es válido tanto para adultos como para niños.