El Bugatti Chiron habla. Debajo del capó del mejor auto del mundo se presume una mecánica suprema que lo convierte justamente en lo que es: el mejor auto del mundo. O en vez de hablar, más bien grita. O como suelen parafrasear los fanáticos de los autos: ruge.
Sus fabricantes lo bautizaron con un rótulo pretencioso: "El coche más potente, rápido, lujoso y exclusivo jamás fabricado". Es la última joya de la corona de la casa automotriz. La industria, el mercado y los consumidores admitieron tras su lanzamiento la veracidad del título personal que se vociferó Bugatti. El modelo se presentó en el Salón de Ginebra y desde entonces lidera la gama de los hypercars. El video fue filmado en el Simposio Internacional de Viena del Motor, una exposición de motores realizada en la capital de Austria a fines de abril.
Su mecánica ostenta un motor de 16 cilindros de 8.0 litros sobrealimentado por cuatro turbocompresores que alcanzan 1.500 caballos de potencia a 6.700 revoluciones por minuto y eroga un par de 1.600 Nm entre las 2.000 y las 6.000 rpm. El propulsor está asociado a una transmisión de doble embrague y siete marchas que distribuye todo su potencial en las cuatro ruedas, mejorando ostensiblemente las prestaciones de una bestia que denuncia un peso de 1.995 kilos. El resultado de esta ingeniería es un sonido poderoso que se confunde con una sinfonía refinada.
El grado sofisticado de prestación concede a este hypercar moverse a una velocidad máxima de 420 kilómetros por hora y superar los 100 kilómetros por hora dos segundos y medio desde parado. Sin embargo, el Chiron configura su motor con una reducción adrede de su genio: "velocidad máxima limitada electrónicamente", un parámetro tecnológico instalado para dosificar la fuerza de este bólido por exclusiva seguridad de sus pasajeros. La velocidad condicionada mediante un software sugiere que el mejor auto del mundo esconde un potencial aún superior.
Se fabricó una edición de 500 unidades con un precio singular de
. Su impronta, acabado y ergonomía interior y su cotización, así como el ruido de su motor, hacen del Bugatti Chiron una obra excelsa, de
de la industria automotriz.