La fuente, cuya identidad y género permanecen en secreto, niega ser un espía. Lo hace en un "manifiesto" publicado el viernes en el diario alemán Süddeutsche Zeitung, primer receptor hace ya más de un año de los millones de documentos sobre miles de empresas y activos oscuros en paraísos fiscales.
Desde allí, explica los motivos de su proceder y reclama inmunidad para los "filtradores" como él.
"Para que conste, no trabajo para ningún gobierno o agencia de inteligencia, ni directamente ni contratado, y nunca lo he hecho. Mi punto de vista es completamente mío", aclara en el texto. Además, asegura que su motivación para entregar los papeles no fue otra que la de entender el "nivel de las injusticias" que describían dichos documentos.
"No trabajo para ningún gobierno o agencia de inteligencia, ni directamente ni contratado, y nunca lo he hecho. Mi punto de vista es completamente mío"
El denunciante afirma que la filtración de 11,5 millones de documentos de la firma Mossack Fonseca (el bufete panameño propietario de los documentos) ha desencadenado un "nuevo y alentador debate global".
"Las empresas offshore están a menudo asociadas al delito de la evasión de impuestos. Pero los Panamá Papers muestran, sin sombra de duda, que aunque las compañías offshore no son ilegales por definición, son utilizadas para llevar a cabo una amplia gama de delitos graves", dijo la fuente. "La desigualdad de ingresos es una de las cuestiones definitorias de nuestro tiempo".
"La narrativa mediática que ha prevalecido hasta ahora se ha centrado en los escándalos de lo que está permitido y es legal en este sistema. Lo que está permitido es, de hecho, escandaloso y debe ser cambiado", dice en el documento.
La historia
La fuente detrás de los Panamá Papers se contactó el año pasado con Bastian Obermayer, un periodista de investigación del periódico Süddeutsche Zeitung. A través del nombre falso "John Doe", envió el mensaje: "¿Interesados en información secreta?".
"Los Panamá Papers muestran, sin sombra de duda, que aunque las compañías offshore no son ilegales por definición, son utilizadas para llevar a cabo una amplia gama de delitos graves"
Los papeles incluían detalles de los propietarios reales de las empresas offshore, copias de pasaportes y correos electrónicos. El periódico compartió el material con el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) en Washington.
En lo que fue una de las mayores colaboraciones periodísticas de la historia, el ICIJ permitió el acceso a la información a más de 100 organizaciones de medios en 83 países, que estuvieron un año investigándolo.
Desde entonces, Mossack Fonseca ha negado las acusaciones y ha dicho que sus operaciones en Panamá y en otros lugares son "irreprochables".
Inmunidad y protección
La fuente también cuestiona a los gobiernos, en particular por su duro trato a los denunciantes. "Yo, sin embargo, estaría dispuesto a cooperar con las autoridades judiciales en el marco de mis posibilidades", manifiesta, antes de denunciar cómo otros filtradores en Estados Unidos y en Europa han visto sus vidas "destrozadas" tras haber sacado a la luz actividades presuntamente delictivas.
Tras citar, entre otros, los casos del ex analista de la CIA Edward Snowden, asilado en Rusia tras desvelar detalles de los programas de espionaje de EEUU, o de Antoine Deltour, juzgado en estos momentos en Luxemburgo por difundir el escándalo fiscal LuxLeaks, reclama inmunidad para quienes filtren comportamientos criminales.
"Mientras los gobiernos no garanticen protección legal a los denunciantes, las autoridades judiciales seguirán dependiendo de sus propias fuentes de información o de la cobertura de los medios de comunicación", advirtió.