Daniel Llorente sostenía la bandera norteamericana cuando una ciudadana lo increpó, diciéndole "payaso", por portar los colores de los Estados Unidos. El joven dijo que se sentía orgulloso de portar el estandarte estadounidense "porque es orgullo de los americanos y símbolo de patria", y enfatizó que no tenía miedo de expresar sus ideas.
Pero eso no fue todo. Además del exabrupto entre el joven y la mujer, de inmediato varios hombres vestidos de civil y una agente de la policía obligaron a Llorente a entrar en un auto patrullero que se alejó del lugar. Se lo llevaron detenido por tener una bandera estadounidense.
El buque Adonia, perteneciente a la compañía de cruceros Carnival Corp., zarpó el domingo por la tarde con 704 pasajeros rumbo a la capital cubana, adonde arribó este lunes por la mañana.
Así se convirtió en la primera embarcación con turistas a bordo que encalla en La Habana desde que el ex mandatario estadounidense Jimmy Carter eliminó prácticamente todas las restricciones de viaje de los Estados Unidos a Cuba a finales de la década de 1970.
Las restricciones de viaje se restablecieron luego de que Carter dejó la Casa Blanca, y los cruceros a la isla fueron posibles otra vez después de que los presidentes Barack Obama y Raúl Castro anunciaran la reanudación de relaciones diplomáticas el 17 de diciembre de 2014.
La llegada del barco de los EEUU a La Habana es el primer paso hacia un futuro donde miles de naves al año podrán cruzar los Estrechos de Florida, un paso cerrado durante mucho tiempo debido a tensiones que una vez pusieron al mundo al borde de una guerra nuclear.
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Los Estados Unidos cerraron los estrechos durante la crisis de misiles de Cuba, y miles de cubanos han huido a través de ellos hacia Florida en embarcaciones precarias y un sinnúmero murieron en el trayecto.
El número de cubanos que tratan de cruzar los estrechos está en su punto máximo en ocho años, y los barcos mercantes regularmente rescatan a gente en lanchas.