En la primera etapa del simulacro, realizada por el Ejército de Brasil, pacientes presuntamente contaminados con un compuesto denominado Levisita -que al contacto con la piel ocasiona ampollas y sensación de pinchazos- fueron sometidos a un detector de agentes químicos para con posterioridad, de ser necesario, recibir un primer tratamiento médico.
Inmediatamente después, uno de los voluntarios, sobre el cual se utilizó Levisita, fue aislado y trasladado en helicóptero al hospital en el aeropuerto de Galeao, considerado referencia en la atención a este tipo de incidentes.
Además de los militares, en todas las etapas del ejercicio estuvieron presentes representantes del Ministerio de Salud, el Cuerpo de Bomberos y la Policía Militar de Río de Janeiro, pues la atención en situaciones de este tipo involucra siempre a varias agencias.
Al valorar el simulacro, realizado el mayor Gava, de la Fuerza Aérea Brasileña realzó la importancia de conjugar la participación de varios sectores para garantizar la seguridad de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos.
"Cada uno hace aquello que conoce, de forma coordinada y buscando siempre la excelencia en la atención", indicó la Asesoría de Comunicación del Ministerio de Defensa.
Las Fuerzas Armadas de Brasil contribuirán a la seguridad de las citas olímpicas con la presencia de unos 38.000 efectivos, que en la actualidad realizan ajustes para perfeccionar un modelo de trabajo consagrado después de la realización, en 2014, de la Copa del Mundo de fútbol.
En recientes declaraciones, el ministro de Defensa Aldo Rebelo destacó que no cualquier país está en condiciones de recibir, en menos de dos años, los dos mayores y más importantes acontecimientos deportivos del planeta.
Según el titular castrense, Brasil y el mundo pueden tener la convicción de que los militares de la marina, el ejército y la aeronáutica pondrán en Río 2016 el mismo empeño que en la Copa del Mundo para garantizar con éxito la seguridad de los Juegos.