Un grupo de tres amigos creó una remera que propone romper las barreras entre idiomas, y que hará que los viajeros se sientan mucho más cómodos cuando arriben a lugares totalmente diferentes a su cultura y cuyo idioma no entiendan para nada. La remera en cuestión se llama IconSpeak y tiene estampados 40 íconos de todo tipo, desde aviones y barcos, hasta restaurantes, soles y lunas, que harán que la comunicación entre dos hablantes de diversas lenguas sea cada vez más simple.
George, Steven y Florian, que conforman el trío inventor de la remera, escriben sobre este proyecto en su página web: "¿Cuándo fue la última vez en la que estuviste en una situación en la que ningún idioma ni gesto con la mano fuera suficiente para conseguir lo que querías? Imaginate que estás en el exterior -en un país extranjero, en una cultura extranjera, quizás mientras estás viajando por el mundo. Eso es lo que hicimos nosotros, viajar por el mundo -parcialmente, aunque casi totalmente si combinamos nuestras tres experiencias. En los rincones más lejanos y profundos de nuestro mundo nos quedamos sin palabras, ya sea porque nos quedamos sin aliento, maravillados por los paisajes, o porque nos invadió el silencio vacío, debido a nuestra falta de talento lingüístico".
Y fue precisamente debido a esas incómodas situaciones por las que los tres amigos comenzaron a idear una manera en la que pudieran romper las barreras impuestas por un mundo multilingüista de la manera más simple y a nivel global. La respuesta a sus interrogantes les llegó en lo que describen como una "experiencia impresionante" en las profundidades de Vietnam: íconos (ICONs). Porque con los íconos, uno puede hablar (SPEAK), y puede hablarle al mundo. Y así nació IconSpeak.
La simplicidad ha sido siempre una cualidad que une al mundo de varias maneras, explican los creadores de esta remera única con 40 íconos que permite que los viajeros puedan comunicarse con cualquier persona, en cualquier lugar del planeta, por más remoto que sea. "No sé si es pereza o genialidad, pero a nosotros nos gusta que las cosas sean simples. Y de este modo nació nuestro punto de partida para romper la barrera del idioma: una remera", declaran. "A través de una remera, uno puede -de la manera más rudimentaria- combinar gestos, palabras y mímica para crear interacción. Una remera no necesita ser recargada y uno la puede tener puesta todo el tiempo que quiera".
Los turistas que usen esta original y útil remera no deberán más que señalar, por ejemplo, un reloj para saber la hora, el símbolo de WiFi para saber si hay conectividad en el lugar, el dibujo de la cámara cuando quiera que le saquen una foto, una cama para informarse sobre los hostels u hoteles en la zona, y muchas opciones y combinaciones más que hacen de este prenda una de las más codiciadas de este momento para partir hacia una aventura. ¿El precio? Las remeras parten desde los U$D 33.
Además, aclaran irónicamente que, a diferencia de un smartphone y de la tecnología en general, no se requerirán actualizaciones de software que harán que sea incómoda para llevar puesta, que el lavado sea lento o cualquier otro inconveniente de ese estilo. Así, los tres creadores declaran con confianza que éste es su primer intento en su meta de traspasar todas las barreras entre pueblos, pero no el último. De esta manera, vaticinan que su objetivo los llevará, en el futuro, a tratar de romper los límites entre los idiomas de otras formas, más allá de lo textil. Habrá que aguardar para ver qué se proponen estos jóvenes emprendedores en los próximos años.