Se la bautizó como "la base fantasma". Se trata de la Base Aérea Resistencia, por la que se pagó más de 12 millones de pesos allá por 2009, con el objetivo de que fuera el lugar desde donde el Estado combatiría el narcotráfico. Más específicamente, el fin que se le asignó es detectar y accionar contra los aviones que ingresan drogas por el norte argentino.
Con tres pisos totalmente equipados con tecnología, un radar 3D, hangares y alojamiento para una dotación estable de pilotos, mecánicos, operadores y técnicos, más los soldados que se encargan de la custodia, allí solo está operativo el radar.
Ni el kirchnerismo ni la actual gestión del presidente Mauricio Macri han logrado que la instalación militar ubicada en la provincia de Chaco funcione con carácter de base permanente, con el objetivo de combatir el narcotráfico.
Según indicaron fuentes aeronáuticas a Infobae, la Fuerza Aérea usa, de vez en cuando, el lugar para "misión de despliegue" con traslado temporario de aeronaves que retornan a sus bases originales al término de las operaciones, que puede llegar a tener una duración de dos meses, como máximo.
Las mismas fuentes consultadas indicaron que dependiendo de quién financie la operación, desde el Ministerio de Defensa, a cargo de Julio Martínez, o el de Seguridad, comandado por Patricia Bullrich, la maniobra significa un gasto extra por parte del Estado, que contempla el pago de viáticos, entre otros rubros, del personal. A todo esto hay que sumarle los costos por el soporte logístico para realizar la operación.
En este contexto, el Gobierno dispuso que dos aviones Tucano de la Fuerza Aérea sean asignados al Operativo Fronteras, que custodiará la frontera con Paraguay y Bolivia, por donde ingresan centenares de aeronaves con cargamento ilegal.
Sin embargo, la inclusión de estos aviones de entrenamiento en la planificación del operativo es cuestionada por algunos sectores, porque los Tucanos permanecerán en alerta pero en la Escuela de Aviación Militar ubicada en la provincia de Córdoba. Según las fuentes consultadas, esa base está a unos 900 kilómetros de la frontera y se tarda aproximadamente 3 horas y media en llegar a la zona limítrofe, lo que favorece la huida de cualquier avión infractor.
En la zona de influencia también hay otras bases como la III Brigada Aérea Reconquista, en la provincia de Santa Fe. Allí hay un escuadrón de aviones de combate Pucará, pero según pudo saber Infobae, solo hay 2 o 3 operativos. También está la IV Brigada Mendoza, ubicada en El Plumerillo, dotada con aviones de combate Pampa. Sin embargo, la situación no es mejor: hay 3 o 4 aviones en condiciones de volar.
Por estas horas se hizo mayor la presión de algunos sectores aeronáuticos para que se asigne personal permanente a la "base fantasma", lo que permitiría no solo ahorrar en los costos sino también en la efectividad de los operativos en materia de lucha contra el narcotráfico, ya que posibilitaría un mayor margen de maniobra e interceptación en una eventual persecución de algún avión ilegal.