El insólito pueblo australiano donde viven bajo la tierra

Está en el medio del desierto australiano, y las temperaturas son tan elevadas de día que la vida transcurre en entre rocas y cuevas. Las fotos

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Coober Pedy está en el
Coober Pedy está en el medio del desierto, y las temperaturas son tan elevadas que muchos recurren a dormir en cuevas. Instagram 162

Hace más de 150 millones de años, la zona que ahora ocupa el pueblo australiano Coober Pedy estaba cubierta totalmente por el océano. Cuando el agua retrocedió, minerales que descansaban en el fondo se hundieron en la arena y en la porosa superficie rocosa, llena de cavidades. Y se solidificaron. Hoy, Coober Pedy es la capital de ópalo del mundo, razón por la que se creó el asentamiento en primer lugar. Este pueblo, ubicado en el medio de la nada, esconde más tesoros bajo tierra de lo que muchos se imaginan.

A primera vista, parece el típico pueblo australiano de las afueras. Tierra rojiza y clima árido, el desierto es protagonista. Los turistas que llegan a Australia suelen visitar otros lugares, como las ciudades balnearias o sus viñedos majestuosos, pero los intrépidos que viajan a este pueblo del sur de este país encuentran mucho más de lo que buscaban. Una de sus más llamativas curiosidades es que la mayoría de sus habitantes -y los turistas que arriban- pasan una gran cantidad del día bajo tierra. ¿La razón? Su clima.

Es que en Coober Pedy, los días alcanzan temperaturas infernales, mientras que durante la noche cae precipitadamente. La solución que encontraron fue construir casas, hoteles y hasta iglesias dentro de la roca y en cuevas. Muchas de sus moradas son subterráneas, lo que parece claustrofóbico para los que están acostumbrados a dormir a la noche en una habitación con ventanas, pero los turistas que pasan por esta experiencia aseguran que nunca en su vida durmieron tan bien como durante su estadía en este pueblo.

Está ubicado a 880 kilómetros de Adelaida, una de las ciudades más pobladas de Australia. Su economía está basada principalmente en la minería y la extracción de ópalo (que se encontró por primera vez en el lugar el 1° de febrero de 1915), con más de 250 mil entradas a las minas esparcidas por todo el pueblo y sus alrededores -hay hasta carteles que advierten al turista para que no corra ni camine hacia atrás sin mirar, por peligro de caer en una de ellas-. El nombre Coober Pedy nació de una versión "anglificada" de las palabras aborígenes "kupa piti", tradicionalmente traducidas como "hombre blanco en un agujero".

Tiene una población de más de 3.500 personas de 45 nacionalidades diferentes. Como en verano las temperaturas rondan entre los 35° C y los 45° C en la sombra, y hay tormentas de arena ocasionales, se construyeron residencias subterráneas debajo de la roca, que funciona como un estabilizador climático natural. La técnica fue implementada con la llegada de trabajadores de la construcción y soldados que regresaban de la Primera Guerra Mundial, y que pusieron en marcha este método de vivienda bajo tierra.

Como el ópalo, la mayoría de los tesoros del lugar pueden ser encontrados bajo la superficie. Casas y hasta mansiones fueron construidas bajo la roca -más de la mitad de las familias viven de esta manera-, y hay tours diarios para conocerlas. Además, hay varios restaurantes "underground" en donde la cocina se entremezcla con una experiencia única que hace que los comensales disfruten al máximo su tiempo "dentro de las cavernas".

Iglesias y galerías de arte también pueden visitarse bajo tierra, además del popular Desert Cave Hotel, que se convirtió en el primer hotel de lujo de cuatro estrellas de este tipo, y que ofrece habitaciones subterráneas increíbles, además de un bar y locales para hacer compras, en los que el ópalo, obviamente, es la estrella. Para los más claustrofóbicos, también hay cuartos que no están bajo tierra, aunque si uno viaja a Coober Pedy, parte de la experiencia es la de dormir en una habitación subterránea.

Coober Pedy es una joya australiana que sin dudas vale la pena visitar una vez en la vida, recorriendo sus caminos desérticos, y descansando en sus mundialmente aclamadas habitaciones subterráneas.

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