El titular del Palacio de Miraflores ha llegado a analizar con Cuba la posibilidad de abandonar su cargo, frente al insostenible panorama económico y social de la nación y su resistencia a adoptar medidas que se desvíen de las políticas aplicadas por su antecesor Hugo Chávez.
Si se aplica la Constitución, una renuncia de Nicolás Maduro abrirá la convocatoria a nuevas elecciones presidenciales. Sin embargo, si en febrero la posible marcha del actual mandatario había tomado cuerpo, durante el último mes este proceso parece haberse desinflado un poco, como parte de la enorme inestabilidad en la que se encuentra Venezuela.
Agencias gubernamentales de Estados Unidos descubrieron las conversaciones abiertas entre Maduro y el dictador cubano Raúl Castro, y así se lo hicieron saber a algunos miembros de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado estadounidense, según publica el periódico español ABC.
En varias capitales sudamericanas, así como también en Roma, Washington y Moscú se ha estado hablando del eventual escenario de una transición política en Venezuela, según varios mediadores que activaron los contactos.
Pero como si esto fuera poco, también en el seno del chavismo y por primera vez medios de debate oficialistas comenzaron a barajar nombres de posibles reemplazantes de Maduro.
¿Qué dice la Constitución?
De acuerdo con la Carta Magna venezolana, si un Presidente renuncia dentro de sus primeros cuatro años (el mandato dura seis) deben convocarse a nuevas elecciones en el plazo de 30 días, durante los cuales el vicepresidente dirige al país de modo interino.
No obstante, si la dimisión se produce dentro de los 24 meses finales entonces es el vicepresidente quien queda a cargo de la nación durante el tiempo restante. Por esto es que si Maduro continúa al menos un año más en su puesto el chavismo podría evitar la realización de nuevos comicios hasta 2019.
Con todo, dentro del chavismo siguen produciéndose movimientos para la sucesión de Maduro. En este sentido el más activo es el general retirado Miguel Rodríguez Torres, uno de los militares que participaron en el fracasado golpe de Estado del 4 de febrero de 1992, que supuso la prisión de Hugo Chávez y el comienzo de su significación política.
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Fuentes militares no afines al general Rodríguez Torres aseguran que "el sector del 4-F", como se conoce al grupo de oficiales vinculados a aquella intentona golpista, estaría dispuesto a forzar la renuncia de Maduro, "invitándolo" a marcharse con la justificación de la gravísima crisis humanitaria que sufre Venezuela.
Esta facción está apoyada por Diosdado Cabello, ex presidente de la Asamblea Nacional y hasta hace poco considerado el número dos del régimen chavista.