La carta con la que Ricardo Jaime autorizó sus propias coimas

Puso la consultora de su testaferro para cobrar por la intermediación de un negocio firmado entre Estados

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 Martín Urricelqui, de canal 13 Río Cuarto 162
Martín Urricelqui, de canal 13 Río Cuarto 162

El juez Julián Ercolini ordenó detener a Ricardo Jaime en la causa en la que se investiga la malversación de caudales públicos en la compra millonaria de trenes europeos durante los primeros años del kirchnerismo.

En la documentación que Ercolini recibió de España llegaron los contratos con las empresas estatales de aquel país que vendieron los trenes. En esos contratos, extrañamente, se hace referencia una carta firmada por Jaime en la que autorizó a la consultora de su testaferro Manuel Vázquez a cobrar comisiones millonarias.

Fue la manera ingeniosa que halló Jaime para cobrar comisiones (coimas) en una operación de Estado a Estado. Ricardo Jaime no debía quedarse afuera del negocio millonario que implicaba comprar, según la Auditoría General de la Nación (AGN), 200 millones de euros en material ferroviario en desuso para mejorar el sistema de trenes en la Argentina. El juez Ercolini en la resolución por la que ordenó detener a Jaime y Vázquez estimó que lo pagado llegó a una cifra cercana a los 100 millones de euros.

La solución fue simple: hizo una nota, la firmó y autorizó a su recaudador oficial Vázquez, quien trabajaba como asesor de Gabinete en la Secretaría de Transporte, a cobrar comisiones.

Con la complicidad de los funcionarios españoles, colocó a su testaferro como intermediario del negocio. Y se quedó con algo más de dos millones de euros que se sumaron al precio que pagó el Estado argentino.

La carta firmada por Jaime el 13 de marzo de 2006 tiene membrete, pero no está protocolizada como todas las misivas oficiales de la Secretaría de Transporte. Y está dirigida a Juan Barba, que era el Director General Comercial y Financiero de la empresa Expansión Exterior que se dedicaba a vender productos españoles al mundo. Esa empresa le vendería a la Secretaría de Transporte argentina los trenes.

La carta de Jaime tiene como referencia "Controles y Auditorías Especiales" (CAESA) que es el nombre de la consultora de Vázquez. Jaime dice: "Tengo el agrado de dirigirme a Usted por indicación de nuestro Asesor de Gabinete para temas internacionales Dr. Manuel Vázquez Garea en referencia a la compra de material ferroviario que tramita esta secretaría".

Luego Jaime cita varias disposiciones y agrega que "la empresa de referencia está designada para colaborar en todo lo necesario para desarrollar, instrumentar e implementar efectivamente los diferentes Acuerdos firmados con varios países y en particular, los programas de adquisiciones que nuestro gobierno para el área ferroviaria tiene con proveedores en diferentes países".

Y luego explica que "La Empresa Controles y Auditorías Especiales tiene amplio conocimiento y antecedentes en adquisiciones de organismos gubernamentales y está autorizada a negociar la retribución de su gestión por cada operación y por cada proveedor local o internacional. Dicha retribución formará parte del costo final que pague el Gobierno".

En ese párrafo es clarificador: las comisiones (coimas) las pagará la Argentina y se agregarán al precio final de los trenes. Es decir que Jaime/Vázquez se hicieron millonarios con el dinero de los argentinos. Pero además, Jaime mintió cuando le atribuyó a CAESA tener antecedentes. Era una consultora menor, casi sin personal, armada por Vázquez y sus hijos para hacer negocios. El único antecedente importante era que Vázquez era el testaferro –fue procesado en calidad de ello en la causa por el enriquecimiento ilícito de Jaime- del ex secretario de Transporte. En el último párrafo Jaime le dice a Barba que todo el negocio tiene que hacerse a través de Vázquez, quien "me mantiene informado".

Como los españoles sabían que incluir una intermediaria en un negocio entre estados era algo oscuro, pidieron que quedara por escrito. Incluso contrataron a un estudio de abogados para que analizara si era legal esa intermediación. Y en base a esa carta de Jaime, firmaron los contratos con CAESA que establecieron el pago de las comisiones.

En 2010, cuando se reveló el contenido de los mails de Vázquez donde quedaron al descubierto infinitos hechos de corrupción, los defensores de Jaime dijeron que la carta era falsa. Pero ahora, que se sabe que fue incluida en los contratos por los funcionarios españoles, no quedan dudas. Jaime autorizó a que su testaferro se quedara con más de dos millones de euros en comisiones (coimas). Y que se cargó al precio de los trenes. Cobraron 20 millones de euros de coimas. Los trenes no funcionaron, pero el sistema de coimas sí. Se había prometido modernizar el servicio ferroviario. Ocasión ideal para el cobro de "cometas". Por eso y porque los trenes comprados en España y Portugal eran prácticamente inservibles Jaime está preso.

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