Trastorno bipolar, o cómo es pasar de la euforia a la depresión

Según la OMS, representa la sexta causa de discapacidad del mundo. En qué consiste

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Desde hace tres años, el 30 de marzo se conmemora el Día Mundial del Trastorno Bipolar y la elección de la fecha por parte de la Sociedad Internacional de Trastornos Bipolares (ISBD, por sus siglas en inglés) no es casualidad: es el aniversario del nacimiento del pintor holandés Vincent van Gogh, quien fuera diagnosticado, años después de su muerte, de haber padecido esta enfermedad.

El objetivo de este día es generar conciencia acerca de los trastornos bipolares y eliminar el estigma social asociado con este padecimiento, que representa un reto importante para los pacientes, trabajadores de la salud, miembros de la familia y las comunidades.

Es que mientras a lo largo del mundo se afianza una creciente aceptación del trastorno bipolar como una condición médica -como la diabetes y las enfermedades del corazón- el estigma asociado a estos trastornos sigue siendo una barrera para lograr un diagnóstico oportuno y un tratamiento eficaz de los mismos.

"El trastorno bipolar es una afección psíquica que se presenta con fluctuaciones del estado de ánimo de tal intensidad que va desde la euforia a la depresión. Estas fluctuaciones son persistentes y tiene que alcanzar una magnitud determinante", explicó la médica psiquiatra Liliana Oubiña, quien preside la Fundación Bipolares Argentina (Fubipa) en Córdoba.

El trastorno suele detectarse entre los 15 y los 20 años, pero puede presentarse a cualquier edad. Incluso también se habla de desorden bipolar pediátrico.

Entre las causas, los investigadores incluyen tanto factores biológico-genéticos (hereditarios) como ambientales (estrés), que cuando se presentan en conjunto producen la aparición de la enfermedad. El desorden es causado por un desequilibrio bioquímico en el cerebro, una falla en neurotransmisores como la noradrenalina y la serotonina, que conducen mensajes en el cerebro. Por eso, es necesario un tratamiento farmacológico además de psicoterapia y grupos de ayuda.

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Para el doctor Sergio Strejilevich, jefe del Programa de Trastornos Bipolares del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro, "hubo importantes avances en el diagnóstico y tratamiento en el trastorno bipolar que permitieron que los pacientes puedan vivir una vida estable y feliz con una notable mejora en su calidad de vida y en la de sus familiares. Pero además es necesario crear conciencia en toda la comunidad para evitar los prejuicios que suele provocar esta enfermedad".

Se estima que la prevalencia global del trastorno bipolar está entre 1% y 2%, pero la misma podría ser más alta, cercana al 5%, debido al alto índice de diagnóstico erróneo y casos con rasgos bipolares que existen.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), estos trastornos representan la sexta causa de discapacidad del mundo.

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