Durante meses, Danielle Márquez-Valle se había estado preparando para la muerte de su madre. Cuando Shirley Madrid murió a los 68 años a principios de este mes después de una "batalla con una enfermedad de larga data", según su obituario, Márquez-Valle padeció un vacío insoportable, pero encontró consuelo en su fe.
"Voy a tener que vivir cada día sabiendo que no puedo esperar hablar con ella nuevamente o ver su hermoso rostro", indicó Márquez-Valle en Facebook. En la misma página se describió a sí misma como "la hija de su madre" y su perfil está lleno de fotos de ambas y homenajes recientes a la mujer que amaba.
Márquez-Valle tenía previsto un homenaje final a su madre el sábado, pero ella nunca llegó. A las 7 de la mañana, mientras se dirigía al funeral a su madre, Márquez-Valle murió cuando el conductor del camión en el que viajaba perdió el control a causa de una placa de hielo de la carretera, según la Patrulla de Caminos de Utah (UHP, por sus siglas en inglés).
El área había sido golpeada por una mezcla de lluvia invernal, nieve y hielo, por lo que las condiciones de conducción se tornaron peligrosas. La Patrulla de Caminos explicó que el camión se deslizó sin control antes de rodar varias veces. Márquez-Valle fue expulsada del vehículo y murió.
El conductor y un pasajero resultaron gravemente heridos en el accidente y debieron ser trasladados por aire a un hospital local. "Bajo cualquier tipo de inclemencias del tiempo –ya sea con nieve o hielo o aguanieve o incluso sólo un poco de lluvia o mojados caminos– sólo reduzca la velocidad, simplemente tómese su tiempo", señaló el sargento Nathan Croft de la UHP a ABC afiliado KTVX.
Días después de la muerte de su madre, Márquez-Valle creó una página GoFundMe para recaudar dinero para el funeral. Como ella hizo los arreglos, se volcó a Facebook para agradecer a los miembros de la familia y amigos por su apoyo. "¡Mi madre sonríe descendiendo del cielo!", escribió. "Bendiciones en su día".
También apuntó que se había mudado de vuelta a casa, en Utah, el año pasado desde Texas para estar con su madre "en las últimas etapas de su vida". Aseguró a los que amaban a su madre que estaba "celebrando con su señor" y "gritando ¡AMEN!"
Se añadió una última cita del Eclesiastés:
"Para todo hay una temporada, un tiempo para cada cosa bajo el cielo, un tiempo para nacer y un tiempo para morir; tiempo de plantar y tiempo de arrancar lo plantado; tiempo de llorar y tiempo de reír, un tiempo para lamentarse y un tiempo para bailar, un tiempo para guardar y tiempo de desechar".