La trágica historia de un británico que murió en Bruselas pese a las advertencias de un familiar

David Dixon vivía en Bélgica desde hacía más de una década. La mañana del martes 22 de marzo, antes de ir a trabajar, su tía le contó de las explosiones en el aeropuerto. Pero tomó una decisión que le costó la vida

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David Dixon no se había enterado de la explosión en el Aeropuerto de Bruselas hasta que una tía preocupada en Reino Unido le escribió un mensaje de texto preguntándole si se encontraba bien. Él respondió que sí, y después continuó su camino hacia la estación de metro Maelbeek. Minutos más tarde, otro terrorista detonó sus explosivos en el lugar.

Dixon, de 51 años, era un programador de software británico que trabajaba para Euroclear, una compañía de servicios financieros, y fue una de las 20 víctimas fatales del ataque suicida en la estación del metro que utilizaba todos los días para ir a su trabajo, informó en un artículo publicado el viernes The New York Times.

"Esta mañana recibimos la noticia más terrible y devastadora sobre nuestro querido David"

Sus amigos y familiares debieron esperar tres días hasta que su muerte finalmente fue confirmada por la Oficina de Exteriores británica y la Commonwealth el viernes.

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"Esta mañana recibimos la noticia más terrible y devastadora sobre nuestro querido David", expresó la familia en un comunicado. "En este momento tan doloroso, nuestra familia apreciará la tranquilidad y privacidad. Por favor, respeten nuestros deseos".

Originario de Hartlepool, al norte de Inglaterra, Dixon había estudiado Economía en la Universidad de Newcastle. Se mudó a Bruselas con Charlotte Sutcliffe, su compañera, más de una década atrás. Una fotografía compartida por sus amigos en las redes sociales lo muestra sonriendo a la cámara y sosteniendo al hijo de su pareja, Henry.

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Otra fotografía lo muestra con ropa deportiva haciendo morisquetas parado entre dos de sus amigos. En los pedidos para obtener más información, sus amigos lo nombraban por su apodo: Did.

Las noticias sobre la muerte de Dixon viajaron rápidamente desde Bruselas hasta su pueblo natal, donde la policía local había intentado colaborar con su hermano en el rastreo de información. En Bruselas, Sutcliffe había recorrido calles enteras y chequeado hospitales con la esperanza de encontrarlo.

"Me divertía mucho con él, y era una muy buena persona", uno de sus amigos, Levi Henstock, escribió en Facebook antes de que su muerte fuera confirmada. "¿Cuándo parará el mundo de luchar?".

En Inglaterra, los ciudadanos de Hartlepool piensan encender velas en su memoria.

Los atentados del martes comenzaron con dos explosiones en el Aeropuerto de Bruselas y minutos más tarde, una tercera explosión ocurrió en la estación de metro de Maelbeek. El saldo final es de 31 muertos de 10 nacionalidades y casi 300 heridos.


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