Mason Wells tiene 19 años y es un misionero mormón que se encontraba con otros dos compañeros de su credo al momento de las explosiones dentro del aeropuerto de Bruselas.
Su padre, Chad Wells, confirmó a los medios que es la tercera vez que el joven sufre un atentado terrorista.
Sus amigos, identificados como Richard Norby, de 66 años, y Joseph Empey, de 20, fueron heridos de gravedad, pero Wells sólo sufrió algunas heridas leves.
El joven sobrevivió a los atentados de Boston en 2013, a los de París en 2015 y ahora, en la capital de Bélgica, se encontraba en la zona cero cuando las bombas estallaron.
El martes, Bruselas sufrió un triple atentado terrorista perpetrado por miembros del Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés). Dos bombas explotaron en el interior del aeropuerto de la capital belga y provocaron 14 muertos y cientos de heridos. Minutos después, otra bomba se detonó en la estación de subterráneo Maalbeek, a metros de la sede de la Unión Europea.
El saldo total de los atentados fue de 31 muertos y más de 200 heridos.
Wells, que estuvo tres veces cerca de la muerte por atentados terroristas, sufrió una lesión en el tendón de Aquiles con algunas quemaduras en rostro y manos.
Se encuentra fuera de peligro en un hospital belga a la espera de la recuperación completa.
"Vivimos en un mundo peligroso, no todo el mundo es amable y amoroso", dijo el padre del joven, conmocionado porque su hijo se salvó de manera milagrosa una vez más, "estuvimos en contacto con él y se encuentra bien, con mucho ánimo", comentó.
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días con sede en Salt Lake City, estado de Utah, en los Estados Unidos, confirmó que los tres mormones heridos sirven en una misión en Francia y residen en París, pero que al momento de los ataques se encontraban en Bruselas.
Wells, Norby y Empey acompañaron al aeropuerto a la joven Fanny Rachel Clain, de 20 años y de origen francés, que también pertenece a la Iglesia mormona.
La chica se salvó del atentado porque al momento de las explosiones ya había cruzado el control de seguridad.
El presidente de la misión en París, Frederic J. Balbin, pidió a los demás misioneros en Bélgica que no salgan de sus casas y dijo: "Desde lo sucedido en París el año pasado, estuvimos trabajando con los hermanos y hermanas de nuestra Iglesia para estar preparados ante cualquiera de estas situaciones".
Por su parte, el vocero del Departamento de Estado de los EEUU, John Kirby, indicó que "varios ciudadanos estadounidenses resultaron heridos", pero dijo que todavía no hay cifras oficiales.
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