Los investigadores belgas están tras la búsqueda de los dos principales sospechosos del triple atentado que conmovió la ciudad de Bruselas y donde murieron al menos 34 personas: Najim Laachraoui y Mohamed Abrini. Ambos fundamentalistas mantuvieron vínculos con los ataques terroristas del pasado 13 de noviembre en París y en los que se registraron 130 muertos.
Laachraoui, de 24 años y nacido en Siria, mantenía una permanente relación con Salah Abdeslam, quien fue detenido el pasado viernes durante múltiples operativos en esa ciudad de Bélgica. El sospechoso, reconocido como un fundamentalista islámico, abandonó su país de origen en febrero de 2013 para internarse en Europa, donde se uniría a la célula terrorista del cerebro de los ataques en París.
El islamista ingresó a Europa donde consiguió cambiar su identidad y ponerse el nombre de Soutane Kayal, con el que se movía con total libertad en los últimos meses. En septiembre pasado –antes de los ataques en París–, Laachraoui fue visto viajando en tren hacia Hungría con Abdeslam. Su ADN aparecería dos meses después en los explosivos encontrados durante los operativos de seguridad en la capital francesa. El mismo patrón genético sería hallado durante la búsqueda de la célula terrorista en los barrios belgas de Auvelais y Schaerbeek, según consignó el diario inglés The Telegraph.
En tanto, Abrini -de 30 años y originario de Marruecos- fue visto con Abdeslam a finales de octubre, apenas pocos días antes de los atentados de París. Ambos fueron captados por cámaras de seguridad de una estación de servicio a bordo de un Renault Clio dos días antes de los ataques. El automóvil sería encontrado durante las redadas policíacas en esa capital. Para los investigadores, el rol que haya cumplido durante los ataques de noviembre no está claro, aunque está probada su participación.
Las autoridades belgas esperan que durante los interrogatorios a Abdeslam puedan descubrir los refugios que estos dos extremistas usarían luego de los ataques en Bruselas.