Es atípico. Más en un ambiente tan cerrado. Pero Claudio Vivas demostró ser diferente a lo que el medio exige. En el Monumental, se despidió de la dirección técnica de Banfield con un empate ante River, ya que el próximo duelo estará a cargo Julio César Falcioni. Si bien había dado señales de su penar por la situación, luego del compromiso estalló en llanto al despedirse sin demasiados problemas por el qué dirán.
"Agradecido a todo mi cuerpo técnico. Nada más. Sí, estoy triste", reconoció ante los periodistas mientras su voz se entrecortaba producto de la congoja que lo dominaba. "Estoy triste porque soy medio maricón también, y porque soy un poco sensible a estas situaciones", agregó en la explicación mientras alguna lágrima ya recorría su rostro.
Quebrado y tomándose un tiempo para respirar, aprovechó para agradecer: "Eso tiene que ver con el cariño que uno va tomando día a día con todos. Con la gente que colabora, con todos. Hasta los de prensa, que a veces uno se enoja. O los utileros, gente de divisiones inferiores, no me puedo olvidar de nadie".
Al mismo tiempo anunció que aún no decidió si seguirá en las inferiores o comenzará una carrera como DT profesional: "No es una despedida, tengo que evaluar bien cómo sigue todo esto. Ver si tengo que ser coordinador o técnico de fútbol. Antes de que me lo pregunten. No voy a responder más de esto, porque sino me emociono más".
Por otro lado, explicó los motivos que lo transformaron de interino a ratificado y defendió su gestión: "En su momento fui útil para continuar en Primera División. Fue por tres partidos, luego hasta el final y armamos este proyecto para poder encontrar muchos minutos a jugadores jóvenes. Los resultados están a la vista. Hay que ser justos. Sobre 24 puntos, tenemos 7 y eso tampoco está bueno. Me hago cargo de todo. No puedo culpar a los jugadores".