Quién es Salah Abdeslam, el terrorista que no llegó a detonar su cinturón lleno de explosivos el 13-N en París

El extremista de 26 años era el yihadista más buscado de Europa tras los ataques perpetrados por el Estado Islámico en la capital francesa que dejaron 133 muertos. Una vida llena de excesos

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Este francés nacido en Bruselas y residente en Bélgica formaba parte de la célula terrorista del Estado Islámico (ISIS) que asesinó a tiros a decenas de personas en cafés y restaurantes llenos en París. Desde esa fecha, cuando se suponía que haría detonar su cinturón lleno de explosivos, estaba prófugo.

El yihadista capurado hoy alquiló los dos autos que el comando de ISIS usó para llegar a los lugares de los ataques simultáneos el 13 de noviembre pasado en París. Su tarjeta bancaria también pagó dos habitaciones de un hotel de Alfortville, cerca de París, donde estuvieron los yihadistas poco antes de los atentados.

También se cree que condujo a su hermano Ibrahim y a un tirador francés a cuatro restaurantes en la zona del canal Saint Martin de París, donde asesinaron a decenas de personas. El Seat Leon negro que conducía fue encontrado abandonado en Montreuil, a ocho millas de París, con tres AK47 y 16 revistas en el interior.

Luego de los ataques, la Policía francesa advirtió que había cambiado su aspecto para confundir a las autoridades. De hecho, Francia difundió imágenes donde aparece con gafas y un peinado nuevo, y explicó que ahora respondía al nombre Yassime Baghli.

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Pero ser terrorista no era su única faceta. Salah Abdeslam tenía una vida oculta: frecuentaba bares gays de Bruselas, fumaba cannabis y pasó la mayor parte de sus días jugando a su PlayStation. "Siempre estaba saliendo con este tipo de gente", aseguró a Sunday Times Julien, un camarero de un club visitado por el terrorista hace un mes.

Lo curioso es que el ISIS, que está detrás de los atentados de París, ha exhibido cómo la organización arroja a personas homosexuales desde edificios frente a plazas públicas en medio de la mirada de multitudes. Los terroristas también castigan a golpes y azotes a aquellos que fuman y beben alcohol.

En varias ocasiones, el hermano no terrorista de Salah, Mohamed Abdeslam, le pidió a través de los medios de comunicación que se entregara a la Policía. "Prefiero verlo preso que en un cementerio", repite cada vez que puede.

Hoy, fue capturado en Bélgica. Está herido, pero que se encuentre con vida es vital para las autoridades francesas para conocer la trama terrorista en Europa.

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