Dilma Rousseff justificó el nombramiento de Lula: "Tiene experiencia política y compromiso"

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La presidente de Brasil compareció ante la prensa luego de la polémica designación del ex mandatario Lula da Silva como jefe de Gabinete. Rousseff defendió a su antecesor en cada momento de la conferencia de prensa y siempre lo llamó "presidente" durante su argumentación.

Cuando se le preguntó si se transformaría en una especie de primer ministro de su gobierno, se limitó a decir que "tendrá los poderes necesarios para ayudar a los brasileños".

"Lula niega ser el propietario de ese tríplex y fue convincente. Siempre que se lo requirió, acudió", defendió Rousseff a su flamante jefe de ministros.

Rousseff defendió a su antecesor en cada momento de la conferencia de prensa y siempre lo llamó "presidente" durante su argumentación

El ex mandatario brasileño Luiz Inacio Lula da Silva asumirá un ministerio clave en el gobierno de su sucesora, Dilma Rousseff, informó el miércoles la Presidencia, con la misión de frenar la hemorragia de un gobierno que cruje entre acusaciones de corrupción y una crisis económica.

El ex mandatario, de 70 años y fundador del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda), estará a cargo del Ministerio de la Casa Civil, una especie de jefatura de gabinete de gran influencia en toda la acción gubernamental. Tras dos jornadas de negociaciones, Lula y Rousseff sellaron el acuerdo que vuelve a meter en el juego al hombre fuerte del PT.

Lula reemplazará a partir del próximo martes a Jaques Wagner, que pasará al gabinete personal de la Presidencia de la República.

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La oposición consideró que la entrada de Lula en el Gobierno es una maniobra para ponerlo a salvo de la Justicia ordinaria. "En lugar de dar explicaciones y asumir sus responsabilidades, el ex presidente Lula prefirió huir por la puerta de atrás. Va a asumir un ministerio para asegurarse el fuero parlamentario (...). Es una confesión de culpa y una bofetada a la sociedad. La presidente Dilma, al invitarlo, se torna su cómplice", afirmó el líder del opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) en la Cámara de Diputados, Antonio Imbassahy. "El capítulo final de esta historia será su impeachment", agregó.

El nuevo cargo le permitirá al ex mandatario blindarse de las investigaciones que lleva a cabo Sergio Moro, el juez que analiza su lujoso tríplex frente al mar y su implicancia en la corrupción de Petrobras. A partir de ahora, esas causas pasarán de la Justicia común al ámbito de la Corte Suprema, lo cual dilatará el proceso, por lo que la oposición considera que el propio gobierno está dejando de lado su "compromiso" de defender la Constitución y las leyes.

Como nuevo jefe de ministros, el ex presidente (2003-2010), según establece la Constitución, tendrá fueros especiales y Moro no podrá decidir sobre el pedido de la Fiscalía de prisión preventiva para Lula. Las decisiones ahora deberán ser asumidas por la Corte, que estará encargada de autorizar su detención, algo que suele ser más rápido en los tribunales inferiores.

En este sentido, Lula podrá ser investigado por el escándalo conocido como Lava Jato, radicado hasta ahora en Curitiba, pero sólo por los magistrados que integran el máximo órgano de la Justicia brasileña.

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