"Con la
–una figura cultural influyente por derecho propio y fiel guardiana de la llama de su marido–,
. Cada vez más, parece, lo mismo puede decirse del partido que ellos tan cuidadosamente moldearon". Así comienza la demoledora nota principal del próximo número de la
,
que apunta contra el precandidato republicano
, líder en la carrera del
hacia la nominación para la Casa Blanca.
El artículo argumenta que "la prueba más evidente de ello es el crecimiento de Trump, un hombre que es la antítesis de todo lo que fue Ronald Reagan: profundidad intelectual y coherencia filosófica, respeto por las ideas y retórica elevada, cortesía y gracia personal".
Con el título "El partido de Ronald Reagan no existe más", la nota comenta que si "alguna vez fue conocido por su sentido común, el GOP ahora da paso a Trump".
Su autor, Peter Wehner, conoce bien al partido: trabajó para las administraciones de Reagan, presidente estadounidense entre 1981 y 1989, y su sucesor, George H. W. Bush (1989-1993). "El hecho de que Trump sea el favorito para ganar la nominación presidencial republicana muestra hasta qué punto el GOP se ha desviado del espíritu animador del más consecuente y venerado republicano desde Abraham Lincoln", escribe quien también se desempeña como investigador principal del Centro de Ética y Política Pública (EPPC).
"Ha surgido un populista oportunista con el nombre de Trump", describe. Y añade: "Si él gana, intentará revertir la influencia de Reagan en las políticas del moderno Partido Republicano". Le preocupan al autor, específicamente, las propuestas del precandidato sobre el comercio, la inmigración, la cultura y la Justicia.
Wehner critica la estrategia llevada a cabo por buena parte de los medios y del establishment republicano contra el magnate. Rechaza, por ejemplo, "el empleo de la retórica apocalíptica, como la afirmación de que Estados Unidos está a punto de convertirse en la Alemania nazi". "Tal lenguaje imprudente es evidencia de mentes febriles y desordenados, y allana el camino para la retórica incendiaria de Trump", lamenta.
Wehner no tiene inconvenientes en apuntarles a distintos sectores de la sociedad y de la propia agrupación. Nadie se salva. "Los votantes son cómplices en esto también; muchos de ellos han llegado a confundir a la crueldad, vulgaridad y el fanfarroneo con la fuerza y el ??hablar claro. Y los legisladores republicanos agravan un problema que habían prometido resolver, al promocionar en lugar de terminar con el bienestar corporativo y el capitalismo de amigos", señala.
Sin embargo, la columna asegura que también hay otra explicación del fenómeno Trump: la "esclerosis política e intelectual". Se refiere a "la falta de aplicación de principios duraderos a las circunstancias cambiantes. Esto es lo que Reagan hizo muy bien". "Los herederos de Reagan han sido decididamente menos hábiles para hacerlo", escribe.
"No vamos a votar a favor de Trump bajo ninguna circunstancia, incluso si él es el candidato; lo que es más, vamos a hacer todo lo que esté a nuestro alcance para recuperar al Partido Republicano de esta figura demagógica y autoritaria", remata.