La lucha de las mujeres trabajadoras, que día a día marchan en pie de igualdad con el hombre tanto en la sociedad como en su desarrollo personal, es reivindicada cada 8 de marzo en los distintos homenajes realizados por el Día Internacional de la Mujer que evoca a aquellas que durante los siglos pasados reclamaron por sus derechos en los distintos ámbitos y las que lo siguen haciendo.
Si bien los primeros registros de la historia poco consideran a las mujeres como protagonistas, hubo investigadores que aseguran que en la obra griega Lisístrata (S.V a.C) su protagonista "realizó una huelga sexual" contra los hombres para que depongan la decisión de iniciar una guerra. Al parecer, ese texto de Aristófanes es un pequeño indicio de que había pensamiento de rebeldía ante las imposiciones masculinas ya en esos años.
Siglos más tarde, la figura de la matemática y astrónoma Hipatia de Alejandría (370-415) surge como ícono de la libertad de pensamiento y autonomía. Murió victima de la violencia machista, reconocida hoy como femicidio. Su figura es reivindicada como el paradigma de la mujer científica y libre.
Pese a los avances en los derechos de las mujeres, a finales del siglo XVIII y principios del XIX imperaba el pensamiento patriarcal y fue recién a mitad del siglo XIX que los movimientos imperantes lograron fuerza, entre ellos los que reclamaban por el sufragio femenino, la reivindicación de la igualdad, la denuncia de la opresión social, familiar y laboral. Entonces, nacieron los "movimientos sufragistas" con figuras destacadas como la feminista Flora Tristán.
El 8 de marzo de 1908 un hecho perverso ocurrió en la historia del trabajo y de la lucha sindical: 40.000 costureras industriales de grandes factorías se declararon en huelga demandando el derecho de unirse a los sindicatos por mejores salarios, en reclamo de la reducción de la jornada laboral (a 10 horas), salario igual que el de los hombres (igual remuneración por igual tarea) y mejora en la higiene. Además, exigieron entrenamiento vocacional y el rechazo al trabajo infantil. Ciento treinta de ellas eran trabajadoras de la fábrica Cotton de Nueva York, donde realizaron la medida de fuerza con permanencia en el lugar de trabajo. Pero el dueño de la empresa ordenó cerrar las puertas y provocar un incendio para que desistieran y abandonen el lugar. No sólo que no lo logró, sino que las llamas se extendieron sin poder ser controladas y las mujeres murieron abrasadas en el interior de la fábrica.
El 3 de mayo de ese año se realizó el primer acto por el Día de la Mujer en un teatro de Chicago y estuvieron al frente las socialistas Corinne Brown y Gertrude Breslau Hunt. Éste fue el antecedente de lo que sucedió el 28 de febrero de 1909: en Nueva York se celebró por primera vez el "Día Nacional de la Mujer", organizado por las Mujeres Socialistas luego de la huelga realizada el año anterior por trabajadores textiles que protestaron por las paupérrimas condiciones en las que debían trabajar. Al menos 15.000 mujeres marcharon en reclamo de la reducción de la jornada laboral, mejoras salariales y el derecho a votar. En noviembre de ese año se realizó el "Levantamiento de las 20.000" también conocido como "La Huelga de las Camiseras" que significó la protesta de miles empleadas textiles.
Como resultado de esa conferencia, el 11 de marzo de 1911 se celebró por primera vez el Día Internacional de la Mujer Trabajadora en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza. De los distintos actos participaron más de un millón de personas que volvieron a exigir por el derecho a votar, a ocupar cargos públicos, a tener igualdad laboral y académica. Pero, seis días después, el 25 de marzo de 1911, otro hecho bisagra enlutó a las mujeres: debido a las malas condiciones en que trabajaban, un incendio se apoderó de todo la fábrica de camisas Triangle Shirtwaist (Nueva York) y, como todas las salidas estaban cerradas, no pudieron salir. El trágico hecho generó importantes cambios en la industria y la posterior creación del sindicato de trabajadoras textiles. Además, se reforzó la idea de libertad que, desde el mismo inicio de este mundo, el género femenino proclamó.
Años más tarde, durante la Primera Guerra Mundial y la Revolución Rusa hubo una serie de conflictos que tuvieron a las trabajadoras de pie y las huelgas representaban su modo de hacerse escuchar. Poco después de la Revolución de Octubre, la activista feminista Alexandra Kollontai (primera mujer de la historia en ocupar un puesto en el gobierno de una nación que consiguió el voto femenino, el divorcio legal y el aborto) logró que el 8 de marzo sea considerado como celebración oficial en la Unión Soviética, en lo que sería el primer escalón para institucionalizar ese día como una celebración oficial y no laborable, objetivo alcanzado el 8 de mayo de 1965 mediante un decreto del Sóviet Supremo de la ex URSS que declaró el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer Trabajadora y no laborable.
En diciembre de 1977 la Asamblea General de la ONU proclamó el 8 de marzo como Día Internacional por los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional. Actualmente todo el mundo conmemora este día como la lucha de las miles de millones de mujeres que en el trascurso de la historia se unieron a los colectivos que reclamaron por los derechos laborales, cívicos, académicos, profesionales y el derecho sobre el propio cuerpo.
Desde entonces, la organización de las trabajadoras crece en el mundo y no sólo que llegaron a ocupar distintas planas del poder sino que hasta supieron engendrar la fuerza para tener secretarias en los nuevos sindicatos, tal es el caso del Sindicato de Prensa de Buenos Aires, el primero que cuenta con una Secretaria que Mujeres y Géneros, que al respecto de este día y de las manifestaciones convocadas se pronunció: "En la agenda de la convocatoria figura terminar con la violencia hacia las mujeres, los femicidios, las redes de trata, la lucha contra la precarización laboral, los despidos y la pelea por el aborto legal, seguro y gratuito, entre otros reclamos".
En América muchas heroínas fueron protagonistas de las batallas de la Independencia y aún hoy miles de mujeres luchan cada día por el derecho a la individualidad y por su vida. En Argentina, entre enero de 2008 y octubre de 2015, 2.041 mujeres fueron victimas de femicidio.