En su ofensiva para ganar audiencia, una televisión privada de Albania decidió que los informativos fueran presentados por bellas mujeres con el torso casi desnudo, apenas cubierto por una chaqueta desabrochada que deja entrever un busto generoso.
Frente a una feroz competencia, el propietario de Zjarr TV, Ismet Dristhi, decidió "desnudar" la información con el objetivo, a su juicio, de aproximarla a la verdad.
"En Albania, donde los poderes políticos manipulan las noticias, la audiencia necesitaba un medio que presentara las informaciones tal y como son, al desnudo", explica Drishti, un ex director de teatro y periodista.
De hecho, estos informativos difundidos por cable y por internet han hecho que la audiencia "no pare de aumentar", asegura el propietario de la cadena, quien planea ampliar este modelo a ediciones en inglés y en francés.
"No vendemos sexo, reproducimos la actualidad tal cual. Es a la vez simbólico, pero también una buena publicidad", estima Drishti.
Para la presentadora Greta Hoxhaj, de 24 años, trabajar ligera de ropa representa un verdadero atajo hacia la gloria.
"Trabajé duro durante cinco años en una televisión local, donde pasé desapercibida", explica esta estudiante de Derecho y Psicología que disfruta de la fama recién conseguida.
Tres meses para la fama
Greta Hoxhaj presenta las ediciones informativas en Zjarr TV con poca ropa y "no lamenta nada". "En tres meses, me convertí en una estrella", señala esta joven alegre y desinhibida. Actualmente, la presentadora estudia una oferta de empleo en Sídney, donde realizaría el mismo trabajo para una cadena australiana.
Cada noche a las 19:30, Greta, seria y aplicada, presenta las noticias como si no ocurriera nada, desnuda bajo una chaqueta preferentemente cikir salmón y con un escote estudiado al milímetro. En su día a día, la joven se viste como todas las chicas de su generación. El desnudo es "sólo para la televisión, para las noticias", afirma.
Greta remplazó en este puesto a una estudiante de 21 años, Enki Braçaj, cuyos exuberantes pechos le valieron un gran reconocimiento en los Balcanes, incluso en las regiones donde no se habla albanés.
Oficialmente, Enki se marchó porque estaba descontenta con su salario, pero según sus compañeras, ella consiguió un puesto de modelo en una revista de moda.
Greta, que sueña con "hacer carrera en el mundo de los medios de comunicación y de la publicidad", no se preocupa mucho por los comentarios negativos que su actividad generó, principalmente en las redes sociales de Albania.
En Albania, un país de cerca de tres millones de habitantes, de mayoría musulmana, donde la sociedad es patriarcal y tradicionalista, las críticas fueron mixtas.
"Es lamentable que acepten una cosa de este tipo sólo para estar en televisión", se quejó un internauta. Otro televidente lanza comentarios sobre la talla del busto de las presentadoras. Un tercero calificó el formato como "un acto sexista y repugnante".
Para Greta, estas críticas poco importan. "Estas reacciones no me afectan", dice. "Tuve la valentía de hacer lo que hago y ahora soy una estrella", afirmó.
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En los círculos feministas, el programa no generó críticas y los periodistas fueron más bien benévolos. "La desnudez no puede resolver la crisis que viven los medios, que para sobrevivir están dándole cualquier cosa al público", declaró Aleksandër Cipa, presidente de la Asociación de Periodistas de Albania.
El analista especializado en medios Leonard Olli, por su parte, no ataca a nadie. "Existe una diversidad de opciones y cada uno es libre de cambiar de canal", sentenció.