Nacido en la ciudad de Kermanshah, a 500 kilómetros de Teherán, Feili, de 30 años, supo desde su infancia que era distinto a los demás. Mientras sus amigos jugaban al fútbol o simplemente se divertían, él estaba encerrado en su pieza recitando libros de poesía.
Su vida giraba en torno a la escritura, mientras que el arte le corría por las venas por su madre poeta. "Mi madre siempre me decía que iba a ser un gran poeta o un famoso escritor", reveló durante una charla en un pequeño café de Tel-Aviv. "Todo lo que tengo, viene de ella", afirmó.
"Papá era la representación del régimen iraní en casa. Un pequeño dictador", recordó entre risas y destacó que proviene de una familia atea.
La huída
Con un reciente tatuaje sobre su cuello en forma de estrella de David -"Mi nueva visa"- y un colgante con el mismo símbolo, a Feili se lo nota alegre, sonriente y suelto.
Sin embargo, su actual estado de ánimo esconde detrás una vida que estuvo cerca de terminar mal, ya que comenzó a estar en peligro tras la publicación de sus obras literarias.
La primera, La plataforma del sol, la publicó a los 19 años. En la segunda, Cultivaré, daré frutos… higos, relata la historia de dos jóvenes homosexuales en los 80'.
A medida que su nombre iba creciendo y su figura se tornaba más reconocida en el exterior, dentro de Irán su situación personal se complicaba.
Entre 2010 y 2014, el escritor sufrió hostigamientos permanentes por parte del gobierno teocrático, que lo amenazaba a través de las fuerzas de la Guardia Revolucionaria, órgano a cargo del orden interior comandado por el general Mohammad Alí Jafari.
Fueron directas e indirectas. Varios artículos sobre él, seguimientos y difamaciones le hicieron comprender que era tiempo de marchar. "Empleaban una presión psicológica muy fuerte", describió el poeta.Al declararse ante el público como gay se convirtió en un objetivo, señalado por el Estado como opositor. Su país natal ya no era más un sitio seguro y debía fugarse, dejando todo atrás.
"Publicaban historias sobre mí porque decía abiertamente que era homosexual", detalló Feili mientras enrollaba un cigarrillo. "Mi abogado me dijo que jamás diga la palabra 'homosexual', en caso de estar ante un tribunal. Equivale a una sentencia de muerte automática", agregó.
Huyó primero hacia Turquía, donde vivió un año y medio, hasta el último noviembre cuando recibió un permiso especial por parte del gobierno israelí asegurándole la entrada al estado judío. Nunca quise dejar Irán", admitió.
Gay clubs
Debido a las características del gobierno que tomó el poder durante la revolución islámica de 1979, cuesta imaginar el tipo de vida que pueden llevar adelante aquellos ciudadanos con una orientación sexual diferente.
Feili describió un rasgo particular de la sociedad iraní. "Es igual que en Tel-Aviv, pero de forma clandestina. Antes de la revolución estaba permitido, había más libertad, pero luego todo cambió", remarcó.
Sin embargo negó haber formado parte de la escena gay local en Irán. "Nunca tuve contacto con la comunidad. Vivía en mi pieza", dijo Feili.
Destacó que "todos están al tanto. No hay lugares específicos, sino que se organizan fiestas privadas. A veces (el gobierno) entraba, arrestaba a la gente y luego los encarcelaba".
"Antes de la revolución había más libertad, pero luego todo cambió"
Advirtió que una cosa era la vida privada de las personas, y otra peor que consistía en hacer declaraciones públicas respecto a la homosexualidad de uno mismo.
Elecciones parlamentarias
Bajo un nuevo contexto signado por el levantamiento de las sanciones tras el acuerdo nuclear entre las potencias con Irán, casi 55 millones de ciudadanos persas eligieron este viernes 26 de febrero a 290 candidatos entre 6200 para el "Majilis" (el parlamento iraní) y 160 para la Asamblea de Expertos, cuerpo que definirá al remplazante del líder supremo Jamenei.
"No son realmente elecciones. Es todo un show orquestado por el Ayatola ", opinó Feili .
Se mostró pesimista respecto a la posibilidad de cambio ya que no identifica a ningún líder local que agrupe a aquellos opositores contra el régimen.
Mientras tanto, numerosas delegaciones de presidentes extranjeros y políticos de altos cargos continúan llegando a diario a Teherán. Traen consigo las chequeras en blanco en busca de nuevos negocios. "Es todo plata. Es como un nuevo mercado que aún nadie no tocó y eso es todo lo que les importa", reflexionó el artista.
"El objetivo del mundo no es la paz o la libertad. Es el dinero", sostuvo en alusión a los estados de Occidente que buscan pactar en términos económicos con el gobierno presidido por Hasan Rouhani.
Según Feili, "gobernarán todavía por un tiempo largo. No veo que termine pronto".
El escritor mencionó estar al tanto de los atentados que ocurrieron en suelo argentino, sobre todo el de 1994 contra la sede de la mutual judía donde 85 personas murieron y otras 300 resultaron heridas.
También dijo haber escuchado que fue Irán quien estuvo detrás de la bomba. "Es interesante como todo el mundo lo ignora y busca sólo el dinero", consideró.
El artista solicitó hace pocos días alargar su estadía aplicando para una visa de residencia con la intención de obtener el asilo político definitivo. "Amo a Israel", expresó.
Su última obra fue adaptada al teatro y traducida al hebreo. En las próximas semanas se podrá ver en Tel-Aviv.