La obesidad en el mundo es una pandemia. Y Argentina no está exenta. Según el mapa de obesidad de la Organización Mundial de la Salud, el país atraviesa un serio problema de sobrepeso.
Para la OMS, el 60% de los argentinos tiene sobrepeso y la prevalencia de obesidad pasó del 14,6% registrado en 2005, al 18% en 2009 y el 20,8% en 2013, lo que implica un aumento del 42,5%. Y los números siguen en aumento.
"Es alarmante por las complicaciones que trae. Los números tan altos no son saludables y del sobrepeso a la obesidad se pasa rápidamente. Esta condición se asocia con enfermedades que impactan en la salud. Según el mapa, se ve con mayor frecuencia la incidencia en la mujeres. Pero los hombres no se quedan atrás", dijo a Infobae la doctora Andrea Miranda (MN 149.634) médica nutricionista y directora de la Sociedad Argentina de Estética y Nutrición Integral (SAENI).
La especialista dijo que esta diferencia se asocia a cuestiones psicoemocionales. "Las mujeres tienen una mayor tendencia a canalizar el estrés y las angustias a través de la comida. El hombre, por el contrario tiende a canalizarlo por otras vías".
Diabetes tipo 2, enfermedades coronarias e hipertensión son enfermedades derivadas de la obesidad
Los sistemas de salud en América Latina alertan sobre la creciente demanda de atención de las dolencias crónicas relacionadas con la obesidad, tales como la diabetes tipo 2, enfermedades coronarias, hipertensión arterial, enfermedades del aparato locomotor (artrosis) y diversos tipos de cáncer.
Cantidad, calidad y actividad física
Esas tres reglas parecen ser la clave para salir de esta situación. Moderar la cantidad de comida que se consume diariamente. Controlar la calidad de la misma, y sobre todo, moverse. "La OMS dice que no alcanza con hacer dos o tres veces por semana actividad física, sino que se requiere de manera regular teniendo eN cuenta la cantidad de horas sedentarias que tenemos y el estrés en el que se vive", dijo Miranda.
Para la experta, estos son algunos de los factores desencadenantes de estas cifras.
-Mucho acceso a alimentos de mala calidad debido a la industrialización
-Tener al delivery siempre a mano
-Muchas horas de trabajo sedentario
-No se fomenta la actividad física
-No se respetan los horarios de las comidas y por ende, se "devora" en la cena
-La comida como centro de reunión. "Hay que relacionarnos desde otro lugar"
Los alimentos procesados en la mira
Los alimentos procesados industrialmente, las bebidas azucaradas y la comida rápida están desplazando a las dietas tradicionales más nutritivas, lo que genera efectos alarmantes en la salud. Los expertos señalan que se necesita regular el mercado para revertir esta tendencia en América Latina y en todo el mundo.
Las ventas en América Latina aumentan de manera constante y la OMS lo destaca como una de las causas que favorece la pandemia de obesidad.
En su último informe "Alimentos y bebidas ultraprocesados en América Latina: tendencias, efecto sobre la obesidad e implicaciones para las políticas públicas", quedó reflejado que de 2000 a 2013 las ventas per cápita de estos productos aumentaron en América Latina. El incremento del consumo se correlaciona fuertemente con el aumento del peso corporal promedio, lo que indica que estos productos son un importante motor en el crecimiento de las tasas de sobrepeso y obesidad en la región.
"Hay que reeducar a los argentinos"
Cambios de conducta, de eso se trata. "Va a llevar tiempo educar nuevamente a las personas que empiecen a tomar hábitos más saludables", dijo la especialista.
Las tasas de obesidad aumentaron considerablemente desde 1980 cuando comenzó a extenderse el consumo de comida rápida en América Latina. Este aumento en el consumo de la llamada comida chatarra ha llevado a los nutricionistas a recordar que un obeso vive diez años menos que alguien con peso saludable.
Es por eso que dentro de las medidas que propone la OMS a los gobiernos está la de restringir la publicidad de alimentos con alto contenido de sal, azúcar y grasas peligrosas, así como imponer un impuesto a las bebidas azucaradas.
Agregó Miranda: "Hacen falta más campañas de concientización que reflejen hacia dónde vamos sino aprendemos a cambiar nuestros hábitos de vida".