Los inconvenientes jurídicos abordados en la disputa del Departamento de Justicia estadounidense contra la empresa creada por Steve Jobs por el iPhone bloqueado de Syed Farook, uno de los autores de la masacre de San Bernardino, representan "el asunto más difícil que he conocido en el gobierno", reconoció este jueves el director del FBI, James Comey.
"Se trata de quiénes queremos ser como país y cómo queremos gobernarnos", dijo Comey ante la Comisión de Inteligencia de la Cámara baja.
Hace una semana, un juez federal de California (donde se encuentra San Bernardino) le ordenó a Apple que ayude al Buró Federal de Inteligencia a hackear un smartphone utilizado por Farook durante la matanza cometida en diciembre pasado, en la que murieron 14 personas y otras 21 resultaron heridas.
Apple preveía presentar una objeción formal el viernes 26 de febrero.
Comey ratificó lo dicho en un blog el domingo por la noche: que el Departamento de Justicia no intentaba sentar un precedente al pedirle a una corte que le dé acceso a un teléfono.
"Se trata de ser competente al tratar de investigar algo que es parte de una investigación activa", aseguró la máxima autoridad del servicio de inteligencia interno de Estados Unidos.
Críticas de Apple
Tim Cook, presidente de la empresa con sede en la ciudad californiana de Cupertino, le dijo al noticiero televisivo ABC News que sería "perjudicial para Estados Unidos" que su compañía accediera al pedido del FBI y declaró que estaba dispuesto a llegar hasta la Corte Suprema.
Comey reconoció que Apple había "cooperado mucho" en los meses anteriores a la disputa judicial y que ha habido "muchas" negociaciones entre las partes. Pero también aseguró que llegó un momento en que Apple ya no estuvo dispuesta a acceder a los pedidos del FBI.
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El director del Buró reconoció que la orden judicial de la semana pasada podría servir de orientación a tribunales que traten el mismo asunto en el futuro. Aunque al mismo tiempo rechazó la afirmación de Apple de que la orden afectaría a millones de usuarios de iPhone.
Comey insistió en que el código que el FBI le pedía a Apple funcionaría con ese único teléfono y quedaría en poder de la empresa.
Apple ha dicho que al acceder, otros iPhones serían susceptibles al hackeo por parte de las autoridades o criminales en el futuro.