Gustavo Vera es una de las pocas personas que tienen el privilegio de conocer de primera mano lo que piensa el papa Francisco. A punto tal que en más de una ocasión se ha convertido en un vocero informal de ese pensamiento, sobre todo cuando se trata de cuestiones vinculadas a la Argentina.
La historia vuelve a repetirse, en esta ocasión con el encarcelamiento de Milagro Sala: el legislador reveló que el líder del catolicismo está alarmado por las condiciones en que se produjo la detención de la dirigente social jujeña, quien está acusada de asociación ilícita, fraude y extorsión.
"Yo estuve diez días en Santa Marta y me consta la preocupación del Santo Padre respecto de las condiciones de la detención, que claramente son ridículas y sientan un precedente para la criminalización de la protesta social", aseguró Vera en declaraciones a radio El Mundo.
El legislador porteño remarcó que "el argentino más importante de la historia está preocupado porque claramente hay dos varas a la hora de impartir justicia en este país, donde parece que se actúa según la portación de rostro".
Para fundamentar ese duro análisis, Vera apuntó: "Las garantías de defensa procesal han sido totalmente vulneradas. Tenemos funcionarios judiciales como (Juan Pablo) Schiavi y (Ricardo) Jaime, con sentencia judicial firme de un tribunal oral, y con una simple apelación caminan por la calle. Lo mismo el caso de Amado Boudou".
Al ser consultado sobre los detalles de su charla con Francisco, el líder de La Alameda precisó: "Lo hablamos durante un almuerzo, el día posterior a la detención de Milagro Sala".
En el mismo sentido, agregó: "Todo el mundo debe ser investigado si tiene una irregularidad, pero las garantías deben ser para todos. No puede ser que algunos de guante blanco, que se han llevado millones de pesos, con desfalcos al Estado probados, caminen por la calle, mientras que una dirigente social sin procesamiento hace un mes que está privada de su libertad por un acampe...".