De los festejos, al pánico. Esas fueron las emociones, sin grises, que vivió el contingente quemero en territorio venezolano, luego de haber conseguido la clasificación a la fase de grupos de la Libertadores frente al Caracas. Indudablemente, el episodio pudo haber tenido peores consecuencias, aunque causa estupor saber que a Patricio Toranzo debieron amputarle parcialmente cuatro dedos de su pie izquierdo, más las serias lesiones de Mendoza y el profesor Santella.
"No teníamos los cinturones, sólo algunos llegaron a ponérselos", relató crudamente José San Román a La Red, uno de los futbolistas que unas horas antes había apretado el puño por haber logrado el objetivo continental. ¿Qué sucedió? La primera voz oficial fue la de Ricardo Padrón, hombre ligado al club vinotinto que se encargó de coordinar el viaje con las autoridades de Huracán.
Por un desperfecto mecánico, el micro se quedó sin frenos, la caja de cambios dejó de funcionar y el conductor decidió abrirse de la carretera para bajar la velocidad, en un desvío montañoso que a menudo suele construirse para estas ocasiones de emergencia. Wanchope Ábila describió el terror que se generó, en Cadena 3: "Nos asustamos cuando empezó a caer gasoil, pensamos que iba a explotar. Fue un momento desesperante".
Aunque quien dio detalles más crudos de lo sucedido fue el capitán Martín Nervo en La Oral (Radio Rivadavia. "Le pedimos al chofer que bajara la velocidad. Los cuatro días que estuvimos acá, el chofer dejó mucho que desear", comenzó criticando al conductor del micro.
Y explicó el suceso paso a paso: "El Jefe de Seguridad nos dijo que vayamos todos para atrás. Nos pusimos los cinturones, nos agarramos de los asientos y una vez que el micro agarró esa rampa volamos todos para todos lado y después volcamos". Aunque Bogado, en La Red, alertó: "Había muy pocos cinturones de seguridad. Yo me senté a upa de un compañero "
"Iba rápido, en bajada y sin frenos... Imaginate a la velocidad que íbamos. Fueron tres ó cuatro minutos que el micro agarraba cada vez más velocidad. Ver a tus compañeros volando para cualquier lado y uno mismo sin poder hacer pie, es lamentable", continuó Nervo con su descripción, que fue uno de los encargados de sacar a sus compañeros por la salida de emergencia en el techo del vehículo.
Por último, dio su mirada de preocupación a lo que pudo ser una auténtica tragedia si no hubiese aparecido esa rampa de emergencia en el camino: "Estábamos hablando con los chicos que era la ultima rampa antes de una curva muy cerrada, si no estaba esa rampa, a la velocidad que íbamos, no la agarrábamos ni loco, nos íbamos para abajo"
Sin dudas, un relato salvaje que será difícil de olvidar para todos los protagonistas.