Según los resultados principales del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes o Informe PISA (por sus siglas en inglés): estudiantes de bajo rendimiento, Argentina está entre los 10 países con 'peor' rendimiento escolar, es decir que puntúan por debajo de los niveles de conocimiento básico en al menos una de las tres asignaturas principales evaluadas: lectura, matemáticas y ciencia.
En promedio en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) sobre 64 naciones, casi cuatro millones de alumnos de 15 años tienen un rendimiento bajo en matemáticas, y casi tres millones lo tienen en lectura y ciencia
Actitud y rendimiento
Los alumnos con un bajo rendimiento suelen mostrar menos perseverancia, motivación y confianza en sí mismos en matemáticas. También faltan más a clases o a días completos de escuela.
Los alumnos que han faltado a las clases al menos una vez en las dos semanas anteriores a la prueba PISA tuvieron una probabilidad casi tres veces superior de tener un rendimiento bajo en matemáticas que los alumnos que estuvieron presentes.
Los ocho países latinoamericanos que participaron estuvieron muy por encima de la media de la OCDE en porcentaje de alumnos con bajo rendimiento escolar en las tres áreas analizadas.
Chile, Costa Rica y México son las naciones de la región que tienen menos alumnos con bajo rendimiento escolar, pero están entre las veinte con más estudiantes que no alcanzan el nivel mínimo que la OCDE considera exigible a cualquier adolescente de 15 años en este siglo.
Argentina en números
La media de OCDE respecto del bajo rendimiento es de un total 23% para matemáticas, de un 18% para lectura y de un 17.8% para ciencias.
*Rojo: países por debajo de la media OCDE. Amarillo: países en la media OCDE. Azul: países por encima de la media OCDE
Argentina registró un 66.5% en matemáticas, un 53.6% en lecturas y 50.9% en ciencias. Esto la llevó a estar entre los 10 países con más bajo nivel de rendimiento escolar, sacando una leve ventaja sobre Brasil, Colombia y Perú.
El entorno
El entorno también es un factor que impacta. Un alumno de nivel socio-económico medio, varón, proveniente de una familia con dos progenitores, sin origen inmigrante, que hable el mismo idioma en casa que en la escuela, viva en una ciudad, haya recibido más de un año de educación pre-escolar, no haya repetido un curso y siga un programa educativo general (o escuela) tiene un 10% de probabilidades de tener un rendimiento bajo en matemáticas.
En cambio, una alumna de nivel socioeconómico medio que viva en una familia monoparental, tenga origen inmigrante, hable un idioma distinto en casa que en la escuela, viva en una zona rural, no haya recibido educación preescolar, haya repetido un curso y reciba formación técnico-profesional tiene un 76% de probabilidades de tener un rendimiento bajo.
Repetir de curso es un factor que tiene relación con un bajo rendimiento
Una vez contabilizado el contexto socioeconómico y otras características del alumno, las probabilidades de tener un rendimiento bajo en matemáticas son 6,4 veces mayores para un alumno que ha repetido un curso en primaria o secundaria en comparación con aquellos que nunca lo hicieron.
Cómo revertir las estadísticas
Hay claros ejemplos en el mundo. Nueve países redujeron su porcentaje de alumnos con rendimientos bajos en matemáticas entre las evaluaciones PISA de 2003 y 2012.
Cuatro de ellos (Brasil, México, Túnez y Turquía) mejoraron reduciendo el porcentaje de alumnos que puntuaba por debajo del Nivel 1, mientras que en cinco países (Alemania, y la Federación Rusa, Italia, Polonia y Portugal) el porcentaje de alumnos de Nivel 1 y por debajo de Nivel 1 se redujo simultáneamente con políticas que pueden ayudar a romper el ciclo de falta de compromiso y rendimiento bajo
Qué propone Pisa para romper la inercia del bajo rendimiento
El primero paso que deben dar los responsables de las políticas públicas es una mayor prioridad al tema dentro de la agenda.
Dado que los perfiles de los alumnos con rendimientos bajos varían mucho en cada país, se deberá gestionar esta cuestión con un enfoque multidimensional, adaptado a las circunstancias nacionales y locales con diversas acciones:
• Desmantelar las múltiples barreras al aprendizaje.
• Crear un ambiente exigente en los centros escolares en el que se apoye a los alumnos.
• Ofrecer medidas de apoyo suplementario lo antes posible.
• Promover la participación de padres y comunidades locales.
• Alentar a los alumnos a que saquen el máximo partido de las oportunidades educativas
disponibles.
• Identificar a los alumnos con bajo rendimiento y crear intervenciones focalizadas.
• Ofrecer apoyo específico a escuelas o familias socio-económicamente desfavorecidas.
• Ofrecer programas especiales para alumnos inmigrantes, que hablen idiomas minoritarios o
vivan en zonas rurales.
• Abordar los estereotipos de género y apoyar a las familias monoparentales.
• Reducir las desigualdades en el acceso a una educación temprana y limitar el uso de la agrupación
de alumnos por habilidades.