Seis parecidos entre "La Leona" y "Los ricos no piden permiso"

A pesar de que ambas novelas tienen estilos completamente distintos, las historias que cuentan y la esencia de los personajes son prácticamente las mismas

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Los ricos no piden permiso y La Leona son las grandes apuestas para el 2016 de El Trece y Telefe. Ambas tienen, en apariencia, perfiles totalmente diferentes: una mucho más naif, con lenguaje correcto y una estética muy tradicional y la otra mucho más jugada, con escenas calientes, malas palabras y un conflicto gremial que la hace mucho más contemporánea y cercana al televidente.

Sin embargo, las ficciones son mucho más parecidas de lo que pretenden: el argumento, detalle más detalle menos, es el mismo; los personajes tienen diferentes formas pero esencias similares y en ambas el conflicto de clases está todo el tiempo presente.

A continuación, seis parecidos entre La Leona y Los ricos no piden permiso:

El amor a través de las clases sociales

Ambas novelas apelan al clásico argumento de "la chica pobre que se enamora del chico rico" (y al revés), fórmula que nunca falla y que ya hemos visto en infinidad de libros, películas y novelas.

En La Leona, el personaje de María (Nancy Dupláa) tiene idas y vueltas con Franco Uribe (Pablo Echarri) y a su vez, Gabriel Miller hijo del dueño de la fábrica (Juan Gil Navarro), se siente atraído por ella.

En Los ricos no piden permiso, los cruces son aún más: Elena (Agustina Cherri) es empleada de la estancia y está enamorada de Agustín (Gonzalo Heredia) uno de los herederos; otra de las dueñas, Ana (Sabrina Garciarena) está muy pendiente de Rafa, el capataz, (Luciano Castro) y el tercero de los hermanos, Antonio (Juan Darthés), mira con cariño a Julia la maestra (Araceli González).

Hijos que buscan a sus padres

Los lazos de filiación desconocidos son otro tema recurrente que se puede observar en ambas ficciones. En Los ricos no piden permiso Elena (Cherri) ingresa a trabajar a la casa donde también fue empleada su madre en busca de Lisandro (Raúl Taibo), su padre.

Algo similar ocurre en La Leona. Franco (Echarri) se crió sin conocer a su padre, pero él sabe que es Klaus Miller (Miguel Ángel Solá), el dueño de una fábrica donde trabaja como consultor.

Tanto a Elena como a Franco los mueve la venganza.

Todos unidos por un escenario

Una gran locación agrupa a todos los personajes de la historia y no hay prácticamente ninguno que escape de dicho escenario: la fábrica textil en La Leona, de donde surgen los conflictos gremiales y de clases y la estancia, en Los ricos no piden permiso, en la que viven y trabajan los protagonistas.


Los preconceptos de los pobres hacia los ricos y viceversa

En líneas generales en ambas novelas los personajes de determinada clase social desconfían de los que están por debajo o por encima de ellos. Además, tanto en la tira de El Trece como en la de Telefe, abundan los estereotipos sobre los "ricos" y los "pobres".

Por un lado los "ricos" (jefes, patrones, dueños) son personajes malos y vistos como una amenaza, mientras que los "pobres" (empleados, trabajadores) son buenos y su destino es seguir trabajando, sin más expectativas que pasar el día a día.

Gran apuesta de elencos

Sin dudas tanto El Trece como Telefe pusieron "toda la carne al asador" en éstas dos novelas, reuniendo un gran elenco tanto en cantidad como en calidad, ya que la mayoría de los integrantes de ambos equipos son actores muy famosos y con amplia trayectoria.

Audiencia

¿De quién será el 2016? Es una pregunta prácticamente imposible de responder ya que ambas novelas del prime time pelean codo a codo por el liderazgo. En su debut el 4 de enero, Los ricos no piden permiso hizo 16.4 puntos de rating y durante los días siguientes hizo 14, hasta el debut de La Leona que con 15.5 puntos dejó a su contrincante de El Trece con 12.7.

Sin embargo, nada está dicho y con el correr de los días las ficciones se equipararon entre los 12 y 13 puntos, dándole una leve ventaja a La Leona, hasta que ésta semana los números se dieron vuelta a favor de Los ricos no piden permiso.

¿Cuál de éstas dos novelas te gusta más?

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