El fútbol chino pateó el tablero este mercado. La llegada del colombiano Jackson Martínez al Guangzhou Evergrande por 45 millones de dólares, se convirtió en la compra más cara de la historia del balompié asiático. El récord le perteneció por seis días al brasileño Ramires, quién cambió el Chelsea por el Jiangsu Suning por 35 millones.
Así de vertiginoso está el periodo de transferencias en China, que en pocas semanas sumó a otras grandes figuras del fútbol europeo a su creciente liga. El colombiano Fredy Guarín pasó del Inter al Shanghái Greenland Shenhua por 14 millones de dólares y Gervinho del AS Roma al recién ascendido Hebei Fortune a cambio de 19,6 millones.
Los tres fichajes más caros del actual periodo pertenecen al nuevo mercado futbolístico que ha producido en China, un país donde los clubes tienen cada vez mayor poder adquisitivo y que ya se atreven a llevarse a grandes figuras de las ligas europeas a mitad de temporada.
La Superliga de China tradicionalmente miraba a los clubes brasileños, pero esta vez apostar más fuerte y se enfocó en Europa. Incluso los jugadores chinos se están cotizando como nunca en una liga que tradicionalmente se alimenta de grandes estrellas extranjeras y donde los locales suelen observarse como meros agregados.
El arquero Zhang Lu acaba de convertirse en el fichaje chino más caro de la historia nacional al ser traspasado por 10,7 millones de dólares por un equipo de la segunda división, el Tianjin Quanjian. El otro traspaso interno que sorprendió fue el del brasileño Elkeson, que dejó al multicampeón Guangzhou (ganó las cinco últimas temporadas) para irse a su clásico rival, el Shanghái SIPG, por 20 millones.
Justamente el Guangzhou Evergrande, equipo que además de reinar en el ámbito local es un gigante a nivel continental (ganador de dos Champions asiáticas), es el presunto culpable de inflar los precios del mercado. La temporada que trajo a Paulinho, Robinho y Scolari motivó al resto a imitar sus políticas millonarias.
Pero también influye el ambicioso plan de reforma que aprobó el gobierno comunista, cuyo presidente Xi Jinping, es un gran fan del fútbol, como demostró en su reciente viaje oficial al Reino Unido, que incluyó un encuentro con los jugadores del Manchester City.
El plan implica el desarrollo del fútbol de menores, la enseñanza en las escuelas de primaria (donde bádminton o tenis de mesa son los más jugados) y más inversiones millonarias en los clubes.
Los equipos también se ven beneficiados por la gran explosión de los derechos de TV. La compañía China Sports Media adquirió por 1.254 millones el contrato para emitir partidos locales en el próximo lustro. La operación multiplicó de la noche a la mañana por 30 los ingresos televisivos en el país, acercándose ya a los precios que se manejan en Europa.
Eso permite pagar sueldos tentadores. Por ejemplo, el ghanés Asamoah Gyan embolsa 320.000 dólares semanales. Es uno de los mejores sueldos de la liga y está a la altura de los de Lionel Messi y Cristiano Ronaldo.
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Aún no está todo dicho. Los clubes tienen hasta el 26 de febrero para incorporar futbolistas. Hasta el momento, llevan gastados 176 millones de dólares y sólo son superados por la poderosa Premier League inglesa (257 millones). Además, la segunda división china está en cuarta posición con más de 52 millones gastados y supera a grandes ligas como la de España, la Bundesliga y la Ligue 1 de Francia.
Según el Daily Telegraph, el Jiangsu Suning buscaría contratar a Yaya Touré, quien no quiete seguir en el Manchester City porque en su momento Guardiola prefirió a Busquets y él tuvo que dejar el Barcelona. Se especula con un contrato de 828.000 dólares semanales para el marfileño, quien ganaría el doble de lo que cobra ahora en el Manchester City y sus ganancias superaría a las de Neymar en el Barcelona.