La fotografía es un momento, un segundo en el tiempo que se eterniza a través de la visión de un artista. Pero, ¿qué sucede cuando el fotógrafo apenas puede ver?, ¿cómo eligen qué parte del mundo quieren retratar cuando la oscuridad cubre todo alrededor?
Cada vez son más las personas en el mundo que, a pesar de una incapacidad ocular, se desarrollan como fotógrafos profesionales. Una de ellas es Steven Erra, quien ya era un fotógrafo cuando recibió una terrible noticia: en 20 años quedaría completamente ciego. A pesar de que en su entorno pensaron que la noticia lo destruiría, esta le dio más fuerzas para seguir avanzando.
"Soy un artista. Un artista visual. Sí puedo ver. Solo en una muy pequeña área central de la vista, cuando la luz es brillante. Tengo una visión de túnel, conocida como retinitis pigmentosa. No me gusta esa palabra. Es demasiado elegante para ser tan devastadora. Cada vez es peor, poco a poco . Nadie con RP nota mucho el cambio en el corto plazo, toma su tiempo disolver la retina, mientras se produce un cierre gradual de las luces", escribió Erra en su página.
Erra deambula por las calles de Nueva York con un bastón blanco y la cámara al cuello, llamando la atención de aquellos que aún se toman un segundo para observar cómo el mundo se desenvuelve a su alrededor.
"¿Por qué entonces hago arte visual ? Pregunta lógica. No sabía que tenía una enfermedad degenerativa del ojo hasta que estaba por obtener mi Licenciatura en Bellas Artes en la Escuela de Diseño Parsons . El arte es una pasión que consume", agregó.
Erra trabaja con la técnica de "pintura de luz", en la que se deja el obturador de la cámara expuesto por mucho tiempo, en un cuarto oscuro, mientras él juega con linternas sobre las personas, que hacen las veces de lienzo.
Durante los '90, Erra se unió a un grupo de fotógrafos con discapacidades visuales que terminó convirtiéndose en el movimiento The Seeing With Photography Collective, donde aprendió la técnica.
Por su parte, Tammy Ruggles comenzó a nutrir el vínculo con este arte cuando apenas era una niña: "Yo siempre había amado la toma de fotografías, desde muy chica, disparaba a mi familia y mascotas con una Kodak Polaroid".
Con el tiempo, se le diagnosticó retinitis pigmentosa (RP), una enfermedad causante de ceguera progresiva que deteriora las retinas con el tiempo. Así, la norteamericana debió renunciar a su licencia de conducir y sus sueños de trabajadora social. Lo peor fue, dijo, cuando tuvo que afrontar que no podría seguir practicando la gran pasión de su vida.
La tecnología, sin embargo, le dio otra oportunidad, ya que a través de las cámaras digitales point-and-shoot no se necesita una sala de revelado, ni seteos manuales. Así, practicó en el jardín de su casa y luego las observaba en su televisor de 41 pulgadas, donde descubrió que ahora podía ver cosas que antes nunca había notado.
"Mi condición visual ha sido una ventaja para mí como fotógrafa porque me ayudó a definir mi estilo. No trato de crear una foto o tener ideas preconcebidas sobre cómo la imagen deba ser", explicó Ruggles.