El FBI (Oficina Federal de Investigación de los Estados Unidos) comenzó un registro digital nacional de cada uno de los abusos de mascotas, dentro del llamado Sistema Nacional de Reportes Basados en Incidentes (NIBRS, por sus siglas en inglés), que hasta ahora solo contabilizaba los crímenes contra personas.
Si bien en los EEUU cada estado tiene su propia legislación con respecto al abuso animal, todavía no existía un registro nacional de abusadores, tanto de especies domésticas como silvestres. El proyecto nació en 2014 y comenzó a implementarse el 1 de enero de este año, por lo que las primeras estadísticas estarán listas para 2017.
Para lograrlo, el FBI calificó a la crueldad animal como un crimen con el mismo nivel que los asaltos, incendios premeditados y homicidios, todos considerados graves y que son penados con multas, cárcel o hasta la muerte, según el estado.
"Los datos rigurosos sobre la magnitud y frecuencia de crímenes contra animales cumplirán un rol vital en mejorar las leyes federales, estatales y locales para el mejoramiento de los animales", dijo John Thompson, director ejecutivo adjunto de la Asociación Nacional de Alguaciles.
Antes de esta actualización, los datos no quedaban registrados o, directamente, se incluían en la categoría 'otros', lo que impedía tener estadísticas creíbles y, por lo tanto, realizar diagnósticos, regionales o nacionales, como planes para combatir el delito. Además, ahora los oficiales estarán obligados a reportar cada episodio, más allá de que haya o no un arresto.
"Estos datos son importantes porque le proveen información a las autoridades para que así puedan entender dónde deben enfocar recursos y cómo deben intervenir", dijo Mary Lou Randour, asesora principal de programas de crueldad animal y entrenamientos del Instituto de Bienestar Animal.
El FBI definió la crueldad animal como: realizar una acción que maltrata o mata a un animal sin causa justa, intencionalmente, a sabiendas o por negligencia. Esto incluye acciones tales como torturar, atormentar, mutilar, herir, envenenar o abandonar. De esta manera, los crímenes contra los animales quedarán dentro de una de cuatro posibles categorías: abandono, abuso organizado (como lucha de perros y riña de gallos), tortura y abuso intencionales, abuso sexual.