Zygmunt Bauman nació en Poznan, en 1925. Según la entrevista difundida por el diario español El País, era aún un niño cuando su familia, judía, escapó del nazismo a la URSS. En 1968, de hecho, tuvo que abandonar Polonia y dejar su puesto de profesor luego de ser expulsado del Partido Comunista en una purga marcada por el antisemitismo. En esa época, renunció a su nacionalidad y emigró a Tel Aviv.
Su obra, que comienza en los años sesenta, ha sido reconocida con premios como el Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades de 2010, junto a su colega Alain Touraine.
En la conversación, el periodista –y también sociólogo– Ricardo de Querol lo interpela sobre el papel de las redes sociales. "Han cambiado la forma en que la gente protesta o la exigencia de transparencia. Usted es escéptico sobre ese "activismo de sofá" y subraya que internet también nos adormece con entretenimiento barato. En vez de un instrumento revolucionario como las ven algunos, ¿las redes son el nuevo opio del pueblo?", indagó el periodista del diario español.
Para Bauman, lo que las redes sociales pueden crear es "un sustituto" de una comunidad. "Porque la cuestión de la identidad ha sido transformada de algo que viene dado a una tarea: tú tienes que crear tu propia comunidad. Pero no se crea una comunidad, la tienes o no".
"La diferencia entre la comunidad y la red es que tú perteneces a la comunidad pero la red te pertenece a ti. Puedes añadir amigos y puedes borrarlos, controlas a la gente con la que te relacionas. La gente se siente un poco mejor porque la soledad es la gran amenaza en estos tiempos de individualización. Pero en las redes es tan fácil añadir amigos o borrarlos que no necesitas habilidades sociales. Estas las desarrollas cuando estás en la calle, o vas a tu centro de trabajo, y te encuentras con gente con la que tienes que tener una interacción razonable. Ahí tienes que enfrentarte a las dificultades, involucrarte en un diálogo", detalló.
Y dio como ejemplo al papa Francisco, a quien definió como "un gran hombre". Según explicó Bauman, el Pontífice, al ser elegido, dio su primera entrevista a Eugenio Scalfari, un periodista italiano que es un autoproclamado ateísta. "Fue una señal: el diálogo real no es hablar con gente que piensa lo mismo que tú. Las redes sociales no enseñan a dialogar porque es tan fácil evitar la controversia...".
Y agregó: "Mucha gente usa las redes sociales no para unir, no para ampliar sus horizontes, sino al contrario, para encerrarse en lo que llamo zonas de confort, donde el único sonido que oyen es el eco de su voz, donde lo único que ven son los reflejos de su propia cara".
Para Bauman, "las redes son muy útiles, dan servicios muy placenteros, pero son una trampa".
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