Las causas más frecuentes de infertilidad femenina

El 18% de las parejas presenta dificultades para concebir y en casi la mitad de los casos se debe a causas femeninas. Cuáles son las condiciones que dificultan la concepción

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Son diversas las causas de infertilidad en las mujeres. Según estimaciones de especialistas, los motivos más frecuentes de consulta por dificultades para la concepción son disfunciones ovulatorias, alteraciones en las trompas de Falopio, factores masculinos y causas mixtas.

La medicina reproductiva ofrece tratamientos y técnicas de diversa complejidad para superar esos problemas reproductivos y cumplir el sueño de ser mamá.

En la actualidad, las posibilidades y modos de ser madre son sumamente variados debido a distintos recursos técnicos, médicos y legales, como recurrir a la adopción. El 18% de las parejas presenta dificultades para concebir siendo el 40% de los casos por causas femeninas, otros tantos motivados en el hombre y un 20% debido a condiciones de ambos miembros de la pareja o por motivos desconocidos.

Según precisó la directora científica de CEGyR Medicina y Genética Reproductiva, Susana Kopelman (MN 75919), "existen algunas condiciones con mayor incidencia que pueden causar infertilidad en las mujeres, muchas de ellas con buen pronóstico si se adoptan las medidas médicas a tiempo y se continúan tratamientos específicos para cada persona".

Y entre las más comunes enumeró:

1- Trastornos hormonales: para diagnosticar este tipo de disfunción se realizan determinaciones hormonales en sangre:

· Hormonas tiroideas: regulan la función de la glándula tiroides y son de suma relevancia para la correcta evolución de la gestación. Se trata de la hormona estimuladora de la tiroides y la T3/T4.

· Prolactina: regula diversas funciones endocrinas y puede impactar también en el ciclo menstrual e incide especialmente la producción de leche materna.

· Hipotálamo-hipófisis: son las encargadas de la regulación del ciclo menstrual denominadas hormona folículoestimulante (FSH) y hormona luteinizante (LH).

Dentro de la evaluación hormonal se contempla lo que se denomina "evaluación de la reserva ovárica". Esto implica evaluar la cantidad de óvulos disponibles para desarrollar. Se solicitan las hormonas FSH; LH y estradiol (durante los días 2° a 4° del ciclo menstrual). También se determina la hormona antimülleriana, que es una hormona que segregan los folículos ováricos (lugar donde se desarrollan los óvulos), y que refleja cuántos óvulos válidos tiene la mujer en los ovarios. La evaluación hormonal de la reserva ovárica se complementa con la realización de una ecografía transvaginal en los días 2 a 4 del ciclo para poder "contar" los folículos disponibles.

Para controlar este tipo de desórdenes es importante recurrir a los chequeos y mantener el tratamiento indicado con el propósito de equilibrar el sistema hormonal.

Dentro de la evaluación hormonal se contempla lo que se denomina "la reserva ovárica", esto es la cantidad de óvulos disponibles para desarrollar

2- Aumento o disminución desmedida de peso: puede producir alteraciones en la liberación de las hormonas encargadas de la regulación del ciclo reproductivo. Por su parte, la obesidad puede desencadenar diferentes desórdenes hormonales como hipotiroidismo, exceso de estrógeno, resistencia a la insulina, entre otras disfunciones que causan períodos menstruales anovulatorios, lo cual conduce a la infertilidad.

3- Celiaquía: puede alterar la absorción de sustancias esenciales para el metabolismo hormonal y por este motivo es responsable de dificultades para concebir. Incluso, muchos síntomas relacionados con el ciclo menstrual y la infertilidad de la mujer son disparadores para descubrir la enfermedad. En el caso de las mujeres se presentan signos como menarca tardía, mayor tasa de abortos espontáneos, amenorreas secundarias.

4- Útero y trompas de Falopio: entre los factores uterinos se encuentran los miomas, que son tumores benignos y frecuentemente asintomáticos, pero deben ser controlados dado que pueden incrementar la hemorragia durante la menstruación y complicar el embarazo y el parto. Estos son más comunes en mujeres en edad reproductiva y en la mayoría de los casos, pueden causar infertilidad. El riesgo depende del tamaño, del número y de la localización de los miomas. Para ello, la miomectomía sería la opción más aconsejable en los casos de las pacientes que se encuentren en edad fértil.

Otras alteraciones uterinas asociadas a infertilidad son las malformaciones, adherencias dentro de la cavidad uterina y pólipos.

En ocasiones las trompas de Falopio se encuentran tapadas (debido a eventos previos de infecciones pelvianas, cirugías, endometriosis, etc.), impidiendo de esta manera el contacto entre óvulos y espermatozoides.

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5- Endometriosis: es una enfermedad, a menudo progresiva, en la cual islotes de mucosa uterina se implantan fuera del útero. El riesgo aumenta cuando la menstruación dura mucho tiempo o los ciclos duran menos de 28 días. Puede ocasionar entre otras cosas alteraciones anatómicas importantes, como adherencias pelvianas causando infertilidad.

6- Síndrome del ovario poliquístico: es una enfermedad en la cual una mujer tiene un desequilibrio de las hormonas sexuales femeninas, lo cual puede provocar cambios en el ciclo menstrual, quistes en los ovarios, y hasta dificultad para quedar embarazada.

7- Reprogenética: se estima que existen entre 6 mil y 7 mil enfermedades genéticas, responsables de la infertilidad de un 15% de los casos en varones, y 10% en las mujeres. En efecto, numerosas alteraciones genéticas relacionadas a trastornos reproductivos en hombres y mujeres infértiles afectan la fertilidad. Sin embargo, hoy en día se pueden estudiar con distintos tipos de tests: predictivos, presintomáticos, géneticos preimplantatorios, entre otros.

Actualmente la medicina reproductiva avanzó notablemente y contribuye a que el proceso sea más sencillo para aquellas mujeres que atraviesan esta situación

8- Tabaquismo: es un factor causante de infertilidad femenina con alta prevalencia. El cigarrillo puede ocasionar trastornos en la calidad de los óvulos y embriones y en la implantación.

9- Maternidad diferida: debido a los cambios sociales y profesionales actuales, muchas mujeres difieren el embarazo a edades más avanzadas. Si bien esto no constituye un factor de infertilidad per se, es por todos conocido que a partir de determinada edad en la mujer (alrededor de los 35 años) la cantidad y calidad de los óvulos disminuye y por consiguiente los resultados reproductivos.

"Actualmente la medicina reproductiva avanzó notablemente. La tecnología y los tratamientos contribuyen a un proceso más sencillo y cómodo para aquellas mujeres que atraviesan esta situación –refirió Kopelman. Es importante la consulta con el equipo profesional para que guíe, acompañe y asesore a las pacientes en el camino hacia la maternidad que hoy en día ofrece mayores posibilidades.


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