Tras un año en el que se vendieron en Argentina más de 50 millones de entradas a los cines, el último jueves del 2015 aún nos depara dos grandes historias dirigidas por importantes realizadores.
En el corazón del mar se desarrolla en 1820, un barco ballenero de Nueva Inglaterra parte hacia alta mar y en aguas profundas es atacado por una gigantesca ballena blanca. Una criatura que parece pensante y vengativa y que será responsable de una catástrofe marina de proporciones.
Basado en el caso real que inspiró a Hernan Melville a escribir su clásico Moby Dick, el filme dirigido por Ron Howard es una aventura marítima atrapante. Chris Hemsworth, arpón en mano, encarna a un héroe humano en una situación límite. Lo acompaña un sólido elenco de secundarios en medio de una puesta creíble, que a base de efectos visuales contundentes nos lleva a lo profundo del océano. Cada aparición de la ballena, hiela la sangre. La interacción entre los actores y el gigantesco cetáceo funciona en cada una de las secuencias plagadas de tensión y de momentos de hondo dramatismo. Y si bien el hilo argumental tarda en resolverse, y la trama parece por momentos no avanzar, en líneas generales es una película que se disfruta y mantiene al espectador al filo de la butaca.
Steve Jobs no es una biografía del creador de Apple. Es el retrato de tres momentos importantes en su vida. Aaron Sorkin el gran guionista de Red Social, despliega su potencial en un guión inteligente y original. Detrás de cámaras, Danny Boyle (uno de los mejores realizadores de todos los tiempos) le da vida cinematográfica a este icono de la innovación tecnológica, utilizando distintas técnicas fílmicas según la etapa que le toque narrar y algunos planos secuencia que son marca registrada del autor. El guión también se toma el trabajo de presentarnos la relación de Jobs con sus personas más cercanas, hecho que permite bajarlo del pedestal y darle un perfil más humano. Michael Fassbender se confirma como uno de los grandes intérpretes del cine moderno, capaz de hacer creíbles los diálogos más teatrales, es imposible pensar en otro actor mejor para este papel. Alejada de los clásicos biopics, resulta una experiencia cinematográfica de alto nivel artístico.
Completan el trío de estrenos la española 18 comidas.